Dónde está la pelotica

Con los hijos empezamos a apreciar las discusiones donde todos tienen la razón. Lo mismo lo vemos en las empresa donde se escuchan argumentos válidos de parte y parte, pero al final del día hay que tomar decisiones donde la balanza centrada en los principios y el deber ser garantiza la decisión correcta, aunque en algunas oportunidades no es la más popular, la más rápida ni la menos costosa.

El desempleo agravado en Colombia por la llegada de la diáspora venezolana, empeorada por la pandemia del covid y rematada por los paros y bloqueos vandálicos que acabaron con empresas llevaron a muchas familias a situaciones extremas de precariedad económica debido a la destrucción de las fuentes de empleo y en otros casos por incapacidad de trabajar o emprender en su propio negocio. Son millones las personas afectadas que necesitan oportunidades de generar ingresos para poder asegurar un techo, comprar alimentos y medicinas y brindar posibilidades de calidad de vida a hijos, padres y dependientes.

El gobierno nacional y algunas alcaldías y gobernaciones vienen dinamizando la construcción de infraestructura con el fin de generar empleo; y por su parte el sector privado sigue comprometido con hechos concretos con la generación de empleo y con programas de asistencia para poder salir de esta emergencia social, económica y de salud con un éxito relativo pues es tanta la necesidad que siempre sigue haciendo falta.

Emprendedores, empresas familiares, micro comerciantes y familias que requieren servicios transitorios o empleos temporales resuelven ofrecer esas oportunidades de trabajo temporal a personas que por necesidad -pero con gusto- aceptan la tarea o el trabajo por un tarifa que no incluye seguridad social ni ninguna garantía laboral de ley.

En estos días la decisión en Europa oficializó que los servicios de repartidores y mensajería informal deben ser reconocidos como asalariados de las empresas, lo que llevó al colapso a las empresas de reparto y generó pérdidas en las bolsas de valores de alrededor de 9.000 millones de euros como se puede constatar en empresas como Delivery Hero, Just Eat y Deliveroo con caídas en el valor de las acciones hasta de un 26%.

Europa tiene más de 4 millones de "falsos autónomos" que viven gracias a esta posibilidad rápida y sin requisitos de forma para trabajar, pero que ciertamente todos saben que aunque se percibe como oficios dignos tiene condiciones de precariedad laboral pues no tiene las mínimas garantías laborales. Esta situación humana contrasta con el valor y utilidades de las empresas que son hoy un referente de éxito y generación de oportunidades a quienes lo necesitan todo.

Al igual que las iniciativas para aportar a la solución del cambio climático, a la solución de los abusos de las dictaduras que también sufren los países vecinos o de las violaciones de los feminicidios y el maltrato a la mujer, no se debe buscar la solución únicamente en los gobiernos para que solucione problemas haciendo más y más leyes, aquí todos, gobierno, accionistas y consumidores debemos exigir contratos dignos y garantías para esas personas trabajadoras a través de acciones que representan una ética responsable por parte de los tres lados de la ecuación.