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Salir a almorzar en la Sabana es una de las mejores opciones para desconectarse del caos urbano de la capital del país, y respirar aire puro. Pero el plan resulta más atractivo cuando se ofrece un servicio exclusivo, que solo unos cuantos pueden disfrutar, y donde la mayoría de la comida que se consume se produce en el mismo lugar. Contando, además, con las nubes como paisaje, y las montañas a los pies.
Donde Pablo ‘La Granja’, a 45 minutos de Bogotá en el municipio de Nemocón, más exactamente en la vereda Astorga, es el lugar que ofrece este servicio: un restaurante en lo alto de la cordillera.
Acá los visitantes podrán disfrutar de un servicio personalizado y familiar, en el cual los preceptos básicos son: cocinar a fuego lento cono quien cocina para los amigos, sin afán y de manera sana. Así lo explica Pablo Uribe, chef y propietario del lugar. Agrega además que los platos son creados pensando en los clientes, por eso cada semana se crea un menú especial combinando diferentes técnicas de la gastronomía mundial.
Usted puede llegar al pueblo y llamar para que lo recojan y lo lleven hasta el lugar, al que solo se entra con reservación previa.
Las opciones de la carta van desde entradas de medallones de berenjena a la plancha, sobre puré de tomates frescos gratinados en queso parmesano, mozzarella y costeño con un toque de yerbas frescas por $13.000, hasta un ceviche de mero marinado con jugo de limón, plumas de cebolla roja, tabasco, pimienta negra, aguacate y cilantro por $14.000. Entre los platos fuertes se destacan el estofado de res y vegetales cocido en vino tinto en olla de barro por $26.000, y lomo de res en salsa de mostaza a la antigua por $32.000. Uno de los principales atractivos que se sirve en el lugar es la vista, dice su propietario Santiago Rodríguez. “Acá las personas pueden disfrutar de la maravillosa vista que se ofrece al estar ubicado a 2.850 metros de altura”.
“El restaurante es diferente al resto de lo demás porque acá los clientes se convierten en nuestros amigos, así los podemos atender de una manera personalizada y sabemos que es lo que más les gusta cuando vienen”, cuenta Uribe, por esta razón es muy importante que las personas interesadas en visitar el restaurante llamen con anticipación o hagan sus reservas en la página de Facebook (Don de Pablo “La Granja”), para que los anfitriones tengan todo listo antes de su llegada. Sin duda, un restaurante de mucha altura.
Vegetales cultivados en huertas orgánicas
Siguiendo un poco la cultura Slow Food, el restaurante Donde Pablo ‘La Granja’, cultiva la mayoría de los vegetales que utiliza para la preparación de los platos en una huerta orgánica propia. El plan a futuro, según cuenta el chef, es convertir el lugar en un restaurante autosostenible, en el que no solo se cultiven vegetales, sino que se puedan tener todos los productos al alcance de las manos y en las mejores condiciones posibles para siempre ofrecer lo mejor.
Las opiniones
Pablo Uribe
Chef y propietario del restaurante
”Acá los visitantes podrán disfrutar de un servicio personalizado y familiar, en el cual los preceptos básicos son: cocinar a fuego lento, sin afán y de manera sana”.
Santiago Rodríguez
Propietario de ‘La granja’
“Lo mejor es la vista. Acá las personas mientras disfrutan de su comida pueden apreciar la maravillosa vista que ofrece el lugar, al estar ubicado a 2.850 metros de altura”.
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