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Alejandro Venegas, CEO de la compañía de cannabis medicinal, explica los planes de expansión internacional de la empresa.
A principios de diciembre, el Senado aprobó en cuarto debate la regulación del cannabis de uso adulto en Colombia. Es un paso más en el camino que inició en 2016 con la legalización del uso medicinal de la planta, y que busca convertir a la industria cannábica colombiana en una de las grandes jugadoras del mundo. Ejemplo de ello es la próxima expansión de Tarkus Pharma Lab en América Latina y Europa y su reciente adquisición de la empresa española Phexia, según su CEO, Alejandro Venegas.
¿Cómo nace Tarkus Pharma Lab?
Mi papá tiene una enfermedad degenerativa que se llama párkinson y mi abuela tiene otra que es alzhéimer. Y yo he visto de cerca cómo ellos dos se han deteriorado tanto con los productos que hoy en día existen para esas enfermedades, porque tienen muchos efectos secundarios y mucha adicción. Tomé la decisión de entrar en este negocio para mejorar la calidad de vida de personas como ellos.
¿Qué producen en su laboratorio en Tocancipá?
Hacemos goteros con aceites. Tenemos diferentes concentraciones: 5%, 10%, 15% y 20% de CBD. Y 5%, 10% y 15% de THC. Las gotas se toman de forma sublingual, y sirven para resolver patologías de sueño, dolor crónico, ansiedad... El foco de laboratorio es prestar el servicio de maquila y que empresas que están en otros países, que tienen sus propias marcas y canales de distribución, nos pidan el producto final, que es el gotero. El cliente se encarga de venderlo a la farmacia o directamente al paciente.
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¿Cuándo estarán disponibles para los colombianos?
Hoy la forma legal de vender en Colombia es a través de una fórmula magistral, o sea prescrito por un médico. Nosotros estamos trabajando en poder escalar esto mucho más, y por eso estamos enfocándonos en alianzas con empresas para poder hacer registros sanitarios ante Invima y sus equivalentes en otros países de América Latina y así poder, una vez registrado el producto, venderlo en farmacia. Acabamos de obtener la certificación fitoterapéutica en el laboratorio, entonces el movimiento comercial escalable va a comenzar el año que viene. Y ya tenemos contratos de abastecimiento en Perú, Brasil, Costa Rica, México y Colombia.
¿Qué tan receptiva es la comunidad médica?
Mucho, porque la crisis más grande a nivel farmacéutico hoy en el mundo es la crisis de los opioides y están desesperados por alternativas. Pero ellos necesitan estudios clínicos hechos en Latinoamérica, y es justo lo que iniciaremos el próximo año: un estudio el impacto del THC en el dolor crónico.
Acaban de adquirir la española Phexia. ¿A qué se debe esta decisión?
Para no entrar en el mercado europeo desde cero. Phexia ya tiene unos productos tópicos para el dolor que han tenido mucho éxito. Por ejemplo tienen una crema para el dolor que tiene la concentración más alta del mercado. Vamos a ayudar a introducir este producto en el mercado mexicano en 2023 y ya tenemos un acuerdo para distribuirlo en Centroamérica.
¿Qué dicen estas operaciones de la madurez de la industria del cannabis en Colombia?
Europa y Latinoamérica van a ser los mercados de mayor crecimiento de cannabis en el mundo, ambos por encima de 100%. Hay una mentalidad en Colombia muy positiva y pro cannabis. Mucha gente está entendiendo los beneficios del cannabis; no solo los medicinales sino el impacto sobre el narcotráfico.
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