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Analistas 22/11/2022

Balance externo y vulnerabilidad macroeconómica

Alejandro Vera Sandoval
Vicepresidente técnico de Asobancaria

La incertidumbre en la economía local se ha elevado rápidamente. Desde 2021, la prima de riesgo del país aumentó más de 230 puntos básicos, llevando a que el nivel de Colombia supere al de Brasil y México, en donde en los últimos años la incertidumbre frente al manejo macroeconómico marcó el comportamiento de los mercados. Dicho aumento se ha asociado tanto a factores externos, relacionados con el repunte inflacionario y el cambio de postura monetaria en Estados Unidos, como internos, asociados al manejo de la política económica, así como a los elevados niveles de déficit fiscal y Cuenta Corriente (CC).

En el primer semestre de 2022, el déficit en CC alcanzó 5,9% del PIB, nivel similar al observado en 2021. Dentro de los factores que explicaron esto se encuentra la ampliación del déficit en la renta factorial a causa de la mayor remisión de utilidades de empresas extranjeras en Colombia a sus casas matrices, y el déficit comercial, que, aunque llegó a 4,7% del PIB, se redujo frente a 2021 (5,9% del PIB) gracias al comportamiento de las exportaciones tradicionales. Por su parte, el buen desempeño de las remesas de trabajadores contribuyó a atenuar el desbalance externo.

Pero es la persistencia de este déficit lo que es un gran lunar en materia de vulnerabilidad. En la última década ha bordeado, en promedio, cerca de 4,0% del PIB, superando los niveles de pares regionales como Chile (3,5%), Brasil (2,9%) Perú (2,9%) y México (1,6%).

Pese a las preocupaciones de analistas y calificadoras de riesgo, el déficit se pudo financiar con relativa facilidad gracias a los flujos de Inversión Extranjera Directa (3,8% del PIB) y la entrada de capitales de portafolio en un contexto de altos niveles de liquidez global y la tenencia del grado de inversión. No obstante, ante las rebajas de calificación soberana experimentadas en 2021 y una postura monetaria más restrictiva en los países desarrollados, la persistencia del alto déficit en CC ha cobrado especial atención.

Hoy la preocupación para los mercados se asocia a la menor llegada de flujos de capitales de portafolio ante la expectativa de una postura monetaria menos laxa en Estados Unidos y la desaceleración de la economía global, elementos que supondrán mayores riesgos de financiación del déficit, a lo que podría sumarse una reducción de la IED en caso de que no se dé un lineamiento claro de las autoridades sobre el otorgamiento de nuevas licencias de exploración petrolera. Asimismo, deberá tenerse en cuenta que el desbalance externo, también asociado al exceso de inversión pública frente al ahorro macroeconómico, podría ampliarse por medidas que apunten a incrementar el gasto por encima del recaudo tributario y determinaciones que afecten al mercado de capitales.

Para atenuar la vulnerabilidad externa, que supone un riesgo para el crecimiento económico, el Gobierno deberá redoblar esfuerzos por resolver problemas estructurales como el bajo nivel de apertura comercial, dadas las múltiples barreras arancelarias y no arancelarias, las debilidades en infraestructura multimodal y la diversificación de la canasta exportadora, para la cual es esencial un proceso de transición energética gradual. Entretanto, frente al trámite de reformas como la pensional, se deberán tener en cuenta los potenciales efectos adversos sobre el ahorro y la financiación de un déficit, que, aunque alto, ha podido cubrirse.

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