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El presidente de la Andi pone el dedo en la llaga: lo que pasa en Venezuela es traumático (nunca ha sido distinto), pero no se puede olvidar lo que pasa acá
Es muy peligroso que Colombia se “venezolanice” más de lo que está en estos momentos. El caos del país vecino es un auténtico caldo de cultivo para que se propague en Colombia al creer que es un asunto de política interna, error en el que puede incurrir el Gobierno Nacional si hace suyo un asunto interno venezolano, y la oposición, si cree que exponiendo a Petro y a Maduro, las cosas por estos lados van a mejorar.
Lo ha dicho de manera contundente el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, Bruce Mac Master, al recordar que hay asuntos en desarrollo claves para avanzar. “Temas como los siguientes requieren debate y análisis: situación fiscal de la Nación, posibles soluciones, austeridad del gasto público o más impuestos a empresas y hogares, esclarecimiento de graves casos de corrupción, necesidad de implementar un plan de reactivación urgente en el país, procesos de paz, situación de seguridad, posibles reformas legislativas, situación y sostenibilidad del sector salud”.
Creer que el caos revitalizado venezolano es un problema superior a la falta de ejecución de la actual administración nacional o la inseguridad campante, es un craso error. Las afugias fiscales son enormes, el Presupuesto General de la Nación no solo está desfinanciado, sino que es insuficiente para todas las necesidades que tiene Colombia, un problema de marca mayor, mucho más que la espiral antidemocrática que experimenta Venezuela. Y no ayuda que en el proyecto de Presupuesto para 2025 siga creciendo el gasto de funcionamiento, mientras el mismo Gobierno pasa por un recorte de $20 billones por una proyección de recaudo tributario que no se logró.
La situación de Venezuela no puede obnubilar a Colombia al punto de que se pierdan de vista cuestiones como de dónde va a sacar el Gobierno la plata que le falta para financiarse. A inicios de esta semana ya se habló de una nueva ley de financiamiento, con la que se buscarán $12 billones y cuya propuesta se conocerá en 15 días.
En otras palabras, habrá más impuestos para los contribuyentes, pero poco se ha explicado de la tan anhelada reactivación económica, sobre la cual el mismo sector productivo ha lanzado propuestas. Las recientes cifras de desempleo también son preocupantes; de acuerdo con el reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, en junio hubo un incremento de 248.000 personas desocupadas frente al mismo mes del año pasado, lo que significa que el total de colombianos sin empleo llegó a 2,62 millones.
Sobre este panorama se posa la sombra de una propuesta de reforma laboral que aún sobrevive, aunque entre sus mayores críticas está que no genera empleo. El sector de vivienda completó seis meses de capa caída este año y la venta de vehículos nuevos bajó 6% anual en el primer semestre, dos síntomas de la incertidumbre que representa en estos momentos el gasto para los hogares, en un momento en el que es necesario dinamizar la economía.
Hay muchos problemas internos que requieren la atención de los funcionarios, gobernantes de turno y representantes del sector productivo. Claro que los líos de Venezuela son importantes y afectan a Colombia, pero no pueden distraer al país de los propios. Y más aún, dejan la lección de que no se solucionan por las vías que eligió el país vecino hace unas décadas.
El monumento a la desidia es ver cómo el ciclo de lluvias llega a todo el país por sorpresa en medio de racionamientos de agua y de altos precios del kilovatio hora de las generadoras
Bajar los impuestos, subir los aranceles, crecer el gasto en seguridad, parar la migración, en general hacer que todo tenga un valor, son algunos de los pilares de Trump
La última vez que se habló a profundidad de las políticas colombianas sobre las relaciones internacionales fue antes de la pandemia cuando la firma de TLC era un asunto popular