Lecciones para el “tobogán de consumo”

A Colombia se le vienen días de alto consumo que hay que saber manejar, pero que más allá del cuidado de las finanzas personales serán jornadas que marcarán el remate económico del año. La próxima semana será de receso para algunos colegios y varias universidades, una suerte de Semana Santa en el segundo semestre; los días sin IVA aprobados en la última reforma tributaria se llevarán a cabo el 28 de octubre, el 19 de noviembre y el 3 de diciembre y el llamado, Black Friday, será el viernes 26 de noviembre cuando cientos de marcas ofrecen descuentos en viajes, tecnología, ropa, zapatos, juguetería, hogar y deportes, entre otras categorías. Y si a estas jornadas se le suman la tradicionalidad del Halloween, el 31 de octubre; la noche de las velitas, el 7 de diciembre; las novenas navideñas que comienzan el 14 de diciembre, y van hasta la noche buena, el 24 de diciembre; la noche vieja, el 31 de diciembre, y se finaliza con el puente festivo de Reyes, el 10 de enero, no se puede discutir que al país económico se le viene un auténtico “tobogán de consumo”, que se debe saber manejar desde la economía de bolsillo, aprovechar si es comerciante, ampliar su producción si es empresario y rodear y asegurar si es el Gobierno Nacional.

Desde el punto de vista de los consumidores, lo primero que se debe tener en cuenta es que los intereses de los bancos están subiendo y nunca se puede llegar a un sobre endeudamiento que lo lleve a problemas mayores. En Colombia circulan cerca de 15 millones de tarjetas de crédito que pagan en sus compras un interés promedio de 25%, uno de los más altos de la región, lo que debe ser tenido en cuenta a la hora de consumir a crédito para no adquirir deudas que no se puedan pagar. Lo otro es que más de ocho millones de personas recibirían la prima de diciembre, un salario considerado como prestación social que equivale a 15 días de salario, que por lo general es destinado al consumo. Sin duda alguna, se vienen días de total normalidad sanitaria que ayudarán a que el retorno a los días de prepandemia llegue recargado.

El segundo comentario, a manera de lección, aplicable para estos días que se avecinan, es que las empresas deben prepararse para aprovechar y montarse en la fiebre de consumo, reactivando su capacidad productiva, ampliando la capacidad instalada, lo que redundará en generación de empleos. La tasa de desocupación aún está por encima de 12%, lo que dicta que unos cuatro millones de colombianos no tiene trabajo, cifra que viene disminuyendo y que siempre se quiebra en el último trimestre del año. La vacunación, la normalidad cotidiana y los incentivos para reactivar el consumo, con todos esos días de descuentos y de jornadas de precios bajos, harán que el desempleo esté ligeramente cercano a 10%; lo importante es que los puestos sean formales y a largo plazo, no de temporeros, que llegado enero, nuevamente caiga en el desempleo. La última lección es al oído de los gobernantes y de las instituciones de control y vigilancia, quienes deben velar para que la noticia, el hecho real sea la reactivación, la generación del empleo, el disfrute y la fiesta de regreso a la normalidad, no los robos, las estafas digitales, los precios mentirosos, y todos esos pecados que siempre empañan las jornadas de consumo y de fiesta. Es un buen momento, quizá irrepetible, pero los actores deben poner de su parte para que salga bien.