¿Es buena idea regresar a la oficina?

Muchos sectores económicos de algunos países desarrollados trabajan con plena normalidad, mientras la pandemia empieza a difuminarse en la historia; para otras, los tapabocas, las vacunas, las cuarentenas, el distanciamiento social y el teletrabajo fueron modas, tendencias u obligaciones pasajeras de año y medio.

En Colombia, y en países similares, siguen sumidos en un estado de alerta permanente, de miedo, de incertidumbre desde las autoridades locales, regionales y nacionales, ante las lentas vacunaciones y el anuncio de un nuevo rebrote y un cuarto pico de covid derivados de otras variantes. Pero la realidad es que en las calles ya todo es normal, las cifras de infectados caen día a día, las muertes son menores y hay un cuidado visible con el uso de los tapabocas.

Ahora bien: ¿es buena idea regresar a trabajar a las oficinas como en tiempos de prepandemia?

Google, una empresa emblemática en la revolución del clima laboral y las disciplinas conservadoras en las oficinas, ha retrasado el regreso planeado a sus centrales laborales para el personal corporativo hasta el 10 de enero. Quiere decir que extendió los protocolos de trabajo a las casas en medio del aumento de casos de covid, más infecciones y hospitalizaciones entre sus trabajadores.

La flexibilización laboral instalada en todo el mundo y la promoción del teletrabajo permanente en algunas actividades han llegado para quedarse, muy a pesar de que la alta gerencia de muchas compañías fuercen a sus empleados vacunados a volver a las oficinas para garantizar mayor productividad, pues no es secreto que muchas cosas se han relajado y las reuniones virtuales tienen fatigados a los jefes más veteranos no digitales que no han incursionado en el mundo virtual que ha desarrollado o instalado novísimas relaciones laborales y otros marcos modernos de kinesis y proxemia laboral. Las relaciones laborales pospandemia son otra cosa desde comienzos del siglo XXI y más aún con el auge digital derivado de la pandemia.

Con la llegada en pleno de la última tercera parte del año, los llamados “meses bre”, no solo se reactiva la economía, sino que se hacen planes para el año nuevo y el tema del regreso a la vida laboral normal es uno de los imperativos.

El avance del teletrabajo es una realidad que no se puede desconocer, los horarios flexibles, la alternancia presencia-virtual y el trabajo por horas, son realidades probadas que son verdaderas alternativas a la manera tradicional de cómo eran las relaciones laborales antes de la pandemia.

El reto es hacer más productivas estas nuevas formas de trabajo, otrora proscritas por los jefes conservadores; los indicadores de gestión, las agendas compartidas, los planes de tareas, las funciones claras, son algunas de las cosas que pueden ayudar a que los beneficios laborales que surgieron durante la pandemia no se echen a perder. La familia ha ganado más espacio y se le comparte más tiempo, el estrés ha bajado al no tener la presión física y visual de los jefes; hay muchas cosas que no deben olvidarse y que con el paso del tiempo madurarán en las empresas.

El último tramo del año es más comercial, más afectado por el consumo y el entretenimiento y por ende, no más propicio para volver de pleno a la oficina o a las factorías, cuando no sea necesario. Por ahora, es mejor hacer como Google, retardar la obligación de volver a las oficinas físicas.