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Se espera que el tope reduzca el precio promedio de la energía a 130 euros por megavatio-hora desde 210 euros, dijo Ribera.
España aprobó reglas para limitar los precios del gas natural, el esfuerzo más radical hasta ahora por parte de un gobierno europeo para contener el repunte de los costos de la energía provocado por la guerra en Ucrania.
El anuncio significa que las semanas de ida y vuelta entre Madrid y la Unión Europea sobre el plan podrían estar cerca de terminar. Se espera que Portugal dé luz verde a reglas similares más tarde hoy.
Los cambios planificados marcarían un hito en la integración eléctrica europea al permitir que las dos naciones ibéricas actúen fuera de las reglas del mercado común de la UE e intervengan en la fijación de precios. El bloque se apresura a controlar la inflación galopante, impulsada en gran parte por los precios de la energía que subieron a niveles récord tras el estallido de la guerra.
La medida implicará "una reducción muy significativa" de las ganancias inesperadas de las eléctricas, dijo en una rueda de prensa la viceprimera ministra Teresa Ribera, responsable de la política energética del país. Ella no especificó directamente cómo se financiará.
Se espera que el tope reduzca el precio promedio de la energía a 130 euros por megavatio-hora desde 210 euros, dijo Ribera.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, y los gobiernos de España y Portugal habían llegado previamente a un acuerdo político preliminar para limitar el precio del gas utilizado en la generación de energía durante un año. Sin embargo, la implementación se retrasó en medio de negociaciones sobre cómo funcionará el sistema y quién pagará la factura.
La medida aún necesita la aprobación de la comisión para entrar en vigencia, dijo Ribera el viernes. El gobierno espera publicar pronto la norma en su diario oficial, un paso necesario en el proceso, agregó.
Precios crecientes
Bajo el sistema actual, la fuente de energía más cara utilizada para generar energía fija el precio de mercado mayorista para el día. Eso es gas actualmente, aunque se utiliza para menos de un tercio de toda la generación en España y menos aún en Portugal.
Si bien los precios del gas en Europa han retrocedido desde los máximos históricos alcanzados en las primeras semanas de la guerra en Ucrania, siguen siendo elevados. El contrato de referencia se cotiza actualmente a cerca de 100 euros por megavatio-hora, aproximadamente cuatro veces el nivel de hace un año.
Cuando los precios son altos o volátiles, el sistema es costoso para los usuarios industriales intensivos. Además, alrededor de un tercio de los consumidores minoristas de España pagan el precio más alto independientemente del tipo de electricidad que utilicen, porque sus contratos de energía están indexados a los precios mayoristas.
El plan de tope de precios tiene mucho más peso para España que para Portugal, donde los precios del gas solo afectan a una pequeña cantidad de consumidores. Cada país puede establecer su propio marco sobre cómo funcionará el límite.
'Isla' de energética
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, inicialmente trató de obtener el apoyo de los líderes de toda Europa para revisar todo el marco del mercado mayorista europeo, argumentando que se estableció en un momento en que la energía renovable no era un factor.
Esos esfuerzos diplomáticos finalmente fracasaron. Al final, Sánchez se conformó con un acuerdo temporal que otorgaría a España y Portugal una excepción sobre la base de que la península ibérica tiene conexiones limitadas con el resto de la red eléctrica europea y, por lo tanto, puede considerarse una “isla energética”.
La iniciativa se ha enfrentado a un importante rechazo por parte de varios gobiernos del norte de Europa, así como de un grupo de empresas de servicios públicos, incluida Iberdrola SA, la más grande de España. Iberdrola ha dicho que cualquier límite de precios debe aplicarse en toda Europa y que permitir que dos países actúen solos corre el riesgo de socavar el mercado común.
El gobierno español considera que los límites máximos son la forma más fácil de poner un límite a la inflación, que fue del 8,3% en abril, una caída desde marzo, pero aún cerca de niveles históricamente altos.
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