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Analistas 25/02/2025

El deporte colombiano urge de la vinculación decidida del sector empresarial

El artículo 52 de la Constitución Política reza “Se reconoce el derecho de todas las personas a la recreación, a la práctica del deporte y al aprovechamiento del tiempo libre. El Estado fomentará estas actividades (…)”.

Sin embargo, es evidente que éste se ha quedado corto en la labor de fomentar el deporte y de apoyar el inmenso talento deportivo con el cual cuenta este país; pues, lastimosamente, el deporte comporta un gasto público, que no es tratado como prioritario, ni aun en el nivel central, ni en las administraciones locales.

Pese a que el Ministerio del Deporte, los entes deportivos departamentales y municipales hacen su mayor esfuerzo en dar cumplimiento al precitado artículo y a las funciones asignadas acorde con la Ley 181 de 1995, usualmente los recursos asignados para el sector se quedan cortos para el efecto.

Adicionalmente, ante la escasez o déficit de recursos en las administraciones públicas, normalmente el primer sector sacrificado con el recorte presupuestal es precisamente el de deporte. Para no ir muy lejos, es una realidad cómo el actual Gobierno Nacional ha procedido a dejar desfinanciada la cartera del deporte y su sector dentro del presupuesto nacional de 2025.

Ante ese panorama, y existiendo tanto talento deportivo requiriendo apoyo, cada vez se hace más necesario en este país la vinculación decidida del sector privado en la misión de fomentar, masificar y apoyar el deporte.

Hoy, el empresariado colombiano, tras conocer los logros de tantos de nuestros deportistas, quienes aún sin recibir los apoyos suficientes por parte de la institucionalidad pública, brillan en el mundo producto de sus esfuerzos, debería volcar sus ojos sobre éstos, para complementar la labor del Estado.

Ejemplos de esta vinculación ya se evidencian en grandes empresas, las cuales han asumido el compromiso de fomentar el deporte en sus territorios. En la región del Urabá antioqueño, productoras y exportadoras de banano como Greenland y C.I. Banafrut, han implementado escuelas de formación deportiva en disciplinas con gran potencial en la zona.

Esta iniciativa ha resultado clave en una región históricamente golpeada por el abandono estatal y el conflicto armado, pero también, donde el talento deportivo es desbordado. No en vano, Urabá ha sido cuna de destacados atletas de talla olímpica y mundial, como Katherine Ibargüen, Yuberjen Martínez, Francisco Mosquera, Ubaldina Valoyes, entre otros.

Sin embargo, la vinculación del sector empresarial al deporte no tiene que obedecer a un mero acto filantrópico. Hoy en día, las empresas pueden obtener beneficios dentro de su estructura financiera a través de inversiones en programas deportivos.

Estas ventajas no se limitan a los beneficios tributarios que suponen las donaciones, sino que, también, incluyen oportunidades de negocio asociadas al respaldo de deportistas con alto potencial. Un caso exitoso es el de Colsanitas, empresa que ha apoyado el tenis colombiano durante años y ha contribuido al crecimiento de esta disciplina en el país.

Ahora, para mejorar el desempeño deportivo de Colombia a nivel olímpico y mundial e impulsar el impacto del deporte en la transformación social, se requiere que la vinculación decidida del empresariado a dicho sector se efectué de manera coordinada y articulada con la institucionalidad pública y con todos los organismos pertenecientes al sistema nacional del deporte, incluidas ligas y federaciones deportivas.

Ello, a efectos de poder implementar las acciones que en materia técnica resulten verdaderamente impactantes, como bien lo requiere el país.

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