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Analistas 14/09/2023

Treinta años cuentan

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda

En el lapso que transcurre entre una generación y la siguiente, pueden ocurrir discontinuidades en la trayectoria histórica de una nación. En Francia, se denomina Les Trente Glorieuses al período de crecimiento económico vigoroso y modernización entre 1945 y 1975. En China, 30 años después de las reformas implementadas por Deng Xiaoping en 1978, se superaron los estragos causados por El Gran Salto Adelante y La Revolución Cultural.

Si bien es algo a lo cual no se le asigna trascendencia, que ocurrió sin estridencia, en Colombia ha habido una transformación considerable atribuible a reformas puestas en vigencia durante 30 años. No se trata de promover el triunfalismo, ni de sostener que ha habido un ‘milagro colombiano’. El argumento que se presenta es más modesto. Es cierto que el crecimiento económico que ha tenido lugar dista de ser espectacular. Dicho esto, un crecimiento del orden de 3,5% anual, sostenido durante varias décadas, da lugar a un cambio significativo, gracias al poder del interés compuesto.

Los 30 años a los cuales me refiero, además del período 1990-2020, incluyen los años 1986-1990 de la administración Virgilio Barco, lo cual compensa los cuatro años de retroceso entre 1994 y 1998. El factor común que caracteriza al periodo mencionado es el haber abandonado el modelo fracasado de sustitución de importaciones a favor del modelo de inserción en la economía internacional.

Los abanderados del proteccionismo a ultranza describen este modelo, la apertura comercial y la independencia del banco central, como distorsiones neoliberales que han desindustrializado al país y arruinado su agricultura. Sugiero tímidamente que la Edad de Oro que tienen en mente, a la cual proponen regresar, es el año 1985, cuando el modelo de sustitución de importaciones estaba en su esplendor.

Para los menores de 40 años, 1985 es una fecha del pasado remoto. Y algunas personas mayores pueden haber olvidado el entorno internacional y económico que prevalecía en el año 1985. La siguiente descripción puede ser reveladora para los integrantes del primer grupo, y ayudarles a refrescar la memoria a los del segundo.

En 1985, Colombia tenía 29 millones de habitantes y un PIB de US$35.000 millones. (Las cifras actuales son 52 millones y US$350.000 millones.) La economía estaba cerrada, de espaldas al comercio internacional. El libre comercio era considerado anatema. Las importaciones estaban sometidas a licencia previa. Había control de cambios. La inversión extranjera era autorizada caso por caso. El Gerente del Banco de la República era de libre nombramiento y remoción del presidente. Empresas estatales manejaban los puertos, los aeropuertos y las telecomunicaciones. No había separación de Iglesia y Estado. El aborto estaba criminalizado. El Muro de Berlín y La Unión Soviética existían.

Independientemente de las preferencias ideológicas o de las simpatías partidistas que se tengan, la pregunta relevante es si el país considera deseable regresar a las condiciones que existían en 1985.

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