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Analistas 08/07/2014

La marca que no es marca

Guillermo Cáez Gómez
Socio Deloitte Legal
GUILLERMO CAEZ
La República Más
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Recuerdo que hace algún tiempo, cuando el superintendente de Industria y Comercio era José Miguel de la Calle, hubo una decisión de su administración que produjo malestar y generó reacciones desproporcionadas y desinformadas, al declarar que la expresión ‘Touch Smart’ se constituía como descriptiva. En otras palabras, que dicho enunciado tiene esas características por contener información acerca de las especificaciones de un producto y que, por lo tanto, no puede ser sujeto de propiedad, posición que comparto. 

Para contextualizar, ¿recuerdan el Betamax? Bueno, es uno de los ejemplos clásicos de la descriptibilidad de una expresión. Nosotros, los de cierta edad, lo recordamos como aquel aparato donde podíamos ver unas películas, cuando hablábamos de él lo hacíamos con el pleno conocimiento de que era el dispositivo de reproducción, pero en realidad el Betamax no era más que un formato de video analógico, por lo que no podría registrarse dicha marca para ser diferenciadora de ese electrodoméstico, ya que contenía elementos descriptivos de un producto y carecía del carácter distintivo que se requiere y se exige para las marcas.   

Posterior a esto, llegó el actual superintendente de Industria y Comercio, quien, en cabeza de su actual delegado para asuntos jurisdiccionales en temas de competencia desleal, tomó la decisión de decretar unas medias cautelares solicitadas a favor de la empresa colombiana PC Smart, que hace una gran labor con la creación de tabletas ‘made in Colombia’, pero que al parecer no tuvo el acompañamiento adecuado para efectos del registro de la marca. En ese instante no faltaron los dedos acusadores y desconocedores de esta especialidad que salieron a afirmar que esto era como si se hubiera echado para atrás la SIC en la decisión de su antecesor. Pero, para claridad, no lo es. Primero, es un asunto de competencia desleal que al día de hoy no se ha fallado de fondo, y segundo, el acto administrativo aún no ha sido anulado, por lo que se mezclaron peras con yucas.

¿Pero a qué viene el tema? Sencillo: Indecopi, la oficina de propiedad industrial del Perú, hace poco decidió abstenerse de registrar esta marca (Touch Smart) por considerarla descriptiva. Lo que llama la atención, y no por el contenido del fallo, es que teniendo las mismas partes e interpretando la misma norma por la cual nos regimos en Colombia (Decisión 486 de 2000 de la Comunidad Andina de Naciones) en asuntos de propiedad industrial, esta autoridad haya fallado en el mismo sentido que generó conmoción en el país del escándalo de un día. ¿Qué pasó con los que dijeron en su momento que eso era una atrocidad?  

Al revisar el caso, la Sala Especializada de Propiedad Intelectual recordó que los signos descriptivos informan directamente a los consumidores acerca de las características del producto o servicio al que pretende aplicarse y, por lo tanto, no deben ser registrados como marcas, porque su papel no consiste en indicar a qué empresa pertenece el producto. Los argumentos fueron simples: “Debido a que el registro de una marca confiere a su titular el derecho de prohibir a cualquier tercero el uso en el tráfico económico de un signo idéntico o con un grado de semejanza que induzca a confusión, los signos descriptivos no deben ser apropiados por una persona”. 

Mal hicieron en afirmar que esa determinación en Colombia carecía de fundamento jurídico o que iba en contra del emprendimiento. Estoy seguro que todos aplaudimos una iniciativa emprendedora, pero esta no puede ir en contra del ordenamiento del país. Ahora, a esta conclusión se llega cuando, pasado un tiempo, es una autoridad de otro país la que concuerda con la interpretación de la norma en un caso idéntico. Creo que, aparte de darle la razón a la administración de De la Calle, es un hecho que debe llamar a la reflexión a los periodistas que generan un escándalo sin que de verdad tengan conocimiento real sobre el tema del que opinan. También es cierto que uno no se las sabe todas, pero muy bien aplica en este caso el dicho: lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe.

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