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Actualmente, el rol del Chief Marketing Officer, CMO, ha evolucionado radicalmente. El marketing ha dejado de ser una función de soporte para ser un motor estratégico del crecimiento empresarial. Esta transformación ha sido acelerada por el auge de la IA, el marketing digital, la automatización y la creciente presión sobre los equipos de marketing para demostrar resultados en ingresos y eficiencia comercial. En este contexto, surge una pregunta crítica: ¿sigue siendo el título de “Director de Marketing” representativo del impacto y responsabilidades del rol?
En muchas empresas colombianas, especialmente en aquellas en proceso de transformación digital o crecimiento acelerado, se espera que el CMO no solo posicione la marca, sino que lidere la generación de demanda, impulse el crecimiento de ingresos, gestione la experiencia del cliente y entienda a profundidad los datos. Sin embargo, el título tradicional puede subestimar ese alcance. A menudo, en juntas directivas o comités ejecutivos, el marketing es visto aún como una función “creativa”, “publicitaria” o de apoyo, lo que limita su influencia estratégica.
Este desfase entre percepción y realidad ha llevado a algunas compañías, incluso en Latinoamérica, a dividir el rol del CMO en cargos más especializados: Chief Digital Officer, Chief Growth Officer o Chief Experience Officer. De hecho, en el mercado colombiano ya vemos organizaciones donde el liderazgo de marketing se comparte con áreas como estrategia, producto o tecnología, buscando reflejar las prioridades del negocio.
Una revisión en fuentes como HBR y LinkedIn muestra que títulos como Chief Product Officer o Chief Revenue Officer han crecido a mayor ritmo que el de CMO en los últimos años. En Colombia, esta tendencia se manifiesta en sectores como fintech, retail, educación superior o tecnología, donde los retos del marketing se cruzan con la experiencia del usuario, la monetización digital o la innovación. Esta fragmentación también responde a la necesidad de perfilar líderes más híbridos, capaces de conectar visión de marca con métricas de negocio y ejecución ágil.
Sin embargo, no todo apunta a enterrar el título de CMO. En muchas organizaciones, sigue siendo un cargo aspiracional, reconocido y valioso para atraer talento senior. Además, sigue transmitiendo una visión integral del marketing que puede incluir branding, comunicación, medios, ventas y digital. El problema no está necesariamente en el título, sino en la claridad del alcance del rol y en su alineación con los objetivos estratégicos de la organización.
¿Qué hacer entonces? La respuesta no es única. Algunas empresas necesitarán reinventar el título para comunicar su enfoque en crecimiento, experiencia o producto. Otras, en cambio, deben redoblar esfuerzos para reposicionar internamente el marketing como un aliado estratégico, sin necesidad de cambiar su nombre.
Más allá de la semántica, lo fundamental es garantizar que el rol tenga el mandato, la visibilidad y los recursos para cumplir con sus objetivos. El futuro del marketing en Colombia dependerá menos del título y más de la capacidad del líder para construir puentes entre áreas, liderar con datos y mantener al cliente en el centro de cada decisión.