MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
La tasa representativa de mercado ha tenido una tendencia descendente a lo largo de este año (pasando de $4.409,15 al comenzar 2025 a $3.902,16 el 16 de octubre). Puesto que la inflación acumulada en estos meses ha sido 4,55%, el dólar se ha abaratado 15,5% en relación con los precios domésticos. ¿Cómo se explica tal cosa?
Parte de la explicación es la caída del dólar en los mercados internacionales. El dólar ha perdido 8,4% de su valor frente a las monedas de los países desarrollados, en gran medida como resultado de políticas del gobierno de Trump que han debilitado la confianza en el Tesoro y en la Reserva Federal. Se ha erosionado el “privilegio exorbitante” que hacía que los títulos de deuda de los Estados Unidos se consideraran libres de riesgo. Los grandes bancos centrales y los inversionistas están apartándose del dólar, y seguramente continuarán haciéndolo pues es poco factible que pueda recuperarse la confianza en el dólar.

Las fluctuaciones del valor del dólar en los mercados internacionales han sido casi siempre la mejor explicación de los altibajos de la tasa de cambio en Colombia. En el gráfico se muestra esta estrecha relación: la tasa de cambio observada por lo regular se mueve muy parecido a la tasa de cambio de “equilibrio internacional”, definida como aquella que equilibra el índice de la tasa de cambio real del peso con el índice real del valor del dólar en los mercados internacionales (con base en los índices de precios al consumidor de todos los países relevantes para el comercio).
El caso es que en los últimos años la tasa de cambio observada se ha desviado más que nunca de su valor de “equilibrio internacional”. En noviembre de 2022 se disparó hasta llegar a $5.061,21, bien por encima de los $4.018 de “equilibrio internacional”, pero desde ahí cayó y durante cerca ya de dos años ha estado por debajo de su valor de “equilibrio internacional”. Actualmente está por lo menos un 13% por debajo.
Por construcción, estas desviaciones solo pueden deberse a razones domésticas y externas propias de Colombia, ya que todo el contexto internacional global que incide en el valor del dólar en el mercado mundial está ya captado en el valor de “equilibrio internacional”. ¿Cuáles pueden ser esas razones? Obviamente, en los primeros meses del gobierno de Petro la causa fue el temor de que hubiera medidas expropiatorias de alguna naturaleza. Pero después, ¿por qué ha ocurrido esa desviación en sentido opuesto?
Entre las razones propias del país que algunos analistas han mencionado para las tendencias de apreciación recientes del peso están: (1) la alta tasa de interés de intervención del Banco de la República, (2) los buenos precios de productos de exportación de productos como el café y el petróleo, y (3) las crecientes remesas de colombianos en el exterior y otros ingresos corrientes de la balanza cambiaria. En ocasiones se ha mencionado también la entrada de recursos externos para financiar al Gobierno o a algunas grandes empresas.
El problema con estas explicaciones es que no resultan válidas en períodos anteriores cuando esos mismos fenómenos se dieron en magnitudes comparables. Es muy posible, aunque no hay forma rigurosa de verificarlo, que la sustancial desviación hacia abajo de la tasa de cambio en los últimos años se deba al monto de los ingresos del narcotráfico que no están siendo absorbidos por el sistema financiero (ya que, aquellos que sí son absorbidos subrepticiamente se reflejan en las cuentas oficiales de la balanza cambiaria). Esta hipótesis es factible en vista del auge del narcotráfico, cuyo valor pasó del equivalente a 1,2% del PIB en 2013 a 4,2% en 2023 y seguramente más en 2024 por la expansión de los cultivos de coca y su mayor rendimiento en términos de cocaína. Como resultado, podría haberse multiplicado varias veces el monto de divisas en circulación en la economía paralela, presionando por vasos comunicantes a la tasa representativa en el mercado oficial.
El primer daño es el tránsito de la búsqueda genuina de la verdad hacia la imposición de la posverdad, donde los hechos dejan de importar y son reemplazados por narrativas conveniente