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Analistas 14/02/2018

Un mundo de creativos

Diego A. Santos
242 Media Director No Ficción

Las compañías poco confían en su talento creativo interno, y por eso acuden a agencias o consultoras.

Por algún extraño motivo, o esa ‘tiranía’ gringa de segmentar, el concepto del creativo se quedó asociado al mundo de la publicidad. A su vez, entre todos fuimos construyéndole a este personaje un perfil de persona joven, vocabulario inteligible y medio desaliñado. ¡Qué creativo!

Pero la verdad es que el creativo no es exclusivo de las agencias publicitarias. Tampoco responde siempre al mismo perfil. De hecho, el mundo está lleno de creativos, de personas con excelentes capacidades para la generación de ideas y conceptos, que constantemente encuentran distintas soluciones a los problemas cotidianos. El asunto es que no sabemos que están al lado nuestro.

Este perfil es lo que hoy buscan, o necesitan, muchas empresas: creativos, aquellos que piensan por fuera de la caja, que se atreven a cuestionar lo tradicional.

Sin embargo, las compañías poco confían en su talento creativo interno, y por eso acuden a agencias o empresas consultoras, para resolver sus inquietudes o planificar el futuro. Pese a que esta solución funciona a veces, normalmente a precios exorbitantes, no siempre es la más adecuada.

Durante muchos décadas, El Tiempo fue rediseñado por un consultor internacional. Sus directivas parecían confiar más en él que en la gente de casa. No eran malos rediseños, pero a finales del año pasado, el periódico capitalino salió al mercado con un producto nuevo hecho en casa, ‘home-made’, un proyecto liderado por el talento interno.

¿Resultado? Probablemente el mejor diseño que haya tenido El Tiempo en sus últimos 30 años.

¿La moraleja de este asunto? Que el talento está en casa. Que probablemente usted no lo ve porque no ha dado el espacio para encontrarlo. Porque quizás le parece más cómodo y seguro buscar a alguien de afuera. Seguramente para que le digan lo mismo que le llevan diciendo los de adentro meses, o quizás años.

Cada vez es más indispensable la cultura colaborativa, son más frecuentes las dinámicas laborales de sesiones grupales y el éxito de las empresas está siendo marcado por la creatividad de estas. Hoy ser diferencial es ser marcadamente creativo. Rappi, por ejemplo, es un muestra de ello.

¿Y cómo desatar esa creatividad? La revista Fast Company publicó un artículo en el que da una serie de recomendaciones, o ejercicios, para activar la creatividad de los empleados en sesiones grupales. Ejercicios básicos, breves, cuyos resultados pueden ser muy beneficiosos para todos.

El primero consiste en dibujar, en tres minutos, la cara del compañero, con la regla de poner los ojos en la mitad de la cara y el resto donde uno quiera. “Además de desatar la imaginación de la gente, los que se intimidan por trabajar en grupo se sueltan. Es una excelente forma de romper el hielo entre personas que poco se conocen”, señala FC.

El segundo, una técnica de Nike, consiste en la manera de presentarse. Se pide decir el nombre, una frase sobre lo que hace y lo que está sintiendo en ese preciso momento. “Aunque puede ser incómodo, suele liberar a la persona de todo tipo de emociones encontradas desde el principio. Por ejemplo, le da la oportunidad a uno de desahogarse”.

Y el tercero es acudir a YouTube. Buscar un videoclip que inspire, o que desate la imaginación del grupo, que invite a hablar. Luego ponga al equipo a comentarlo. Verá que sus empleados, liberados, son mejores de lo que usted piensa.

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