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Analistas 02/12/2017

Reflexiones mercadológicas

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

Este último mes del año es motivo de análisis, discusiones, frustraciones, molestias y rabias para el mercado, lo que se aprecia en muchísimos casos con las prácticas, si así pueden llamarse, de las acciones que muchos hacen ver como un adecuado mercadeo, porque la efectividad de lo que se hace, casi nadie la pone en duda.

La manera como se trabaja el marketing, y dentro de este algunas de las herramientas, sobre todo las de mayor frecuencia y fuerza, es la causa de lo anterior.

Hoy, cuando nos encontramos ya en la temporada final del año, la que más mueve los mercados del mundo, se debe tener en cuenta lo que se hace para evitar lamentaciones posteriores.

Las comunicaciones mercadológicas, y dentro de ellas la publicidad y la promoción de ventas, que son las de mayor utilización por parte de los oferentes de bienes, servicios e ideas, están siendo criticadas cada día con mayor insistencia, ante la pasividad de quienes deben actuar para velar por los derechos de los clientes: promesas engañosas, mensajes confusos, exceso de actividad, y más, son algunas de las prácticas que más frecuentemente se aprecian.

Campañas llenas de promesas que no se cumplen, o que para hacerlas respetar se tiene que acudir a los jueces. Otras, muchas, repletas de mensajes confusos e incompletos, que no se entienden por falta de claridad y/o uso de palabras y términos muy vagos, o las famosas frases como “aplican restricciones”, “sujeto a modificaciones sin previo aviso”, o los horarios que dizque se amplían pero no se ajustan a lo expresado, entre otras.

Cuántos casos se han dado, y segura y tristemente se volverán a dar, en los cuales se promete la devolución del dinero, y lo que se entrega es un bono de compra. Y ni hablar de las trabas para hacer uso de las garantías. Los famosos concursos promocionales, sobre todo de rifas, que no aclaran si hay que pagar los impuestos, transportes y gastos adicionales, o de viajes a “cualquier ciudad” y no se puede ir a la ciudad que se desea.

Los problemas comunes al llegar a los almacenes y encontrarse que los “colaboradores” o vendedores de temporada, principalmente, ni siquiera saben de qué se les habla porque no les han informado, pero se ven con más frecuencia todos los días. Cuántos casos se aprecian de promesas de realizaciones de mercancía con descuentos atractivos en todo el almacén, menos en los productos que el cliente desea.

El irrespeto, que ya es común con la publicidad en radio y televisión especialmente, abusando del tiempo para pasar los mensajes durante las emisiones, especialmente en los noticieros, las transmisiones deportivas y los shows especiales de la temporada, tanto en radio como en televisión, porque se da en ambos, exageradamente recargados de mensajes, haciendo tedioso el tiempo que se dedica a estar informados o simplemente a divertirse, que ya ni dejan que se narre, comente o actúe.

La falta de respeto para llamar la atención, con exceso de sexo y palabras indebidas, sobre lo que Martin Lindstron dijo que se ha demostrado que “no es tan efectivo”.

Y con los precios, ni hablar, lo cual será motivo de otro comentario, porque sobre el hay mucha tela por cortar. Podríamos seguir enumerando casos que, tristemente, desdicen de lo que es el verdadero mercadeo. Ojalá se piense más en los seres humanos, y sobre todo en esta temporada navideña, la que más mueve a los mercados.

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