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Analistas 23/11/2021

Recuperar el relato socioeconómico

Alejandro Vera Sandoval
Vicepresidente técnico de Asobancaria

En los últimos años, el relato socioeconómico de muchos líderes ha sido que el país va de mal en peor y que por ello se requiere un gran cambio para volver a empezar. Desde el Gobierno y la sociedad civil informada hemos sido incapaces de contrarrestar ese discurso y comunicar los grandes logros en cobertura en salud, educación, los avances en infraestructura, entre otros, y nos hemos enfrascado en peleas en redes sociales que desvían el debate sobre lo fundamental.

Por ello, debemos recuperar el relato del país y mostrarles a las personas los grandes avances logrados en las últimas décadas y cómo seguir avanzando.

Por ejemplo, en materia de crecimiento de largo plazo, el relato socioeconómico debe girar en torno a lograr cifras de expansión superiores al 4% real. Hemos tenido avances, pero se requiere impulsar reformas que eleven la productividad y competitividad de la economía y que permitan crecer más, que es la condición inicial para poder progresar. El relato debe incluir la necesidad de gastar en bienes públicos para conectar todas las regiones y cerrar las brechas, y debe subrayar la importancia de abrirse al mundo, de luchar por la libre competencia, y de garantizar el beneficio final de los consumidores y no de algunos productores y sus rentas capturadas.

En materia laboral, el relato debe dejar atrás el discurso de los salarios y los beneficios prestacionales de unos muy pocos. Está muy bien que se respeten los derechos adquiridos, pero debemos modernizar el relato, así como modernizamos el mercado laboral local.

No podemos seguir usando una normativa añeja que describe el país de hace treinta años, y que beneficia por mucho a 5 millones de personas que son los que tienen un contrato formal indefinido de un total de 23 millones de potenciales ocupados, cuando el mundo nos está enseñando nuevas formas de trabajo y cuando en muchos sectores esa normativa es imposible de aplicar. Es hora de promover hasta el cansancio la implementación de la flexibilización laboral y de reducir los costos de ser formal.

Un último ejemplo viene desde la política fiscal. El relato de muchos pregona que solucionar los desbalances pasa por gravar más a los “ricos” que supuestamente pagan poco, combatir la corrupción y reducir el gasto estatal. Si bien todas son cosas deseables también tienen retorno limitado y lento. Por ello, el relato también debe incluir la necesidad de que más personas naturales paguen impuestos, reducir las exenciones sectoriales, y no descartar los impuestos al consumo como fuentes adicionales de recaudo, más aún cuando se ha probado que es posible mitigar su regresividad con devoluciones que ya se aplican.

El descontento social es creciente como lo evidenciaron las manifestaciones de abril-mayo y lo muestran las encuestas, que también enseñan que esto va más allá de los efectos de la Pandemia. Por ello, como sociedad civil informada, debemos trabajar en un relato socioeconómico que se contraponga a las ideas fatalistas que venden algunos. Ese relato debe saber comunicar todos los logros de las últimas décadas, pero también debe mostrar cuáles son las acciones hacia futuro. Se requiere menos retórica que distrae el debate y más comunicación sobre los verdaderos problemas y sus reales soluciones, para pavimentar un camino hacia un progreso incluyente para todos los ciudadanos.

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