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Analistas 10/05/2024

Mamá

Alejandro Ortíz
Profesor del Inalde Business School

Nuestra vida profesional está forjada, marcada y determinada por diferentes influencias; unas que pueden ser fugaces y otras, por el contrario, pueden generar importantes impactos en nuestro camino.

Cada persona podría contar su propia historia, con sus alegrías y tristezas. Es posible que la historia que aquí narro encuentre coincidencias con otras vidas, pero si no es así, estoy seguro de que el factor común y esencial no cambia porque el ser humano, sea quien sea, busca constantemente amar.

Mi mamá fue una persona que siempre se caracterizó por el entusiasmo en su actividad como odontóloga y por su inmensa pasión como profesora en el mismo campo. Esta última faceta le permitió liderar proyectos de altísimo nivel en diferentes universidades del país, dejando una huella imborrable tanto en los estudiantes a los que formó como en las instituciones en las que estuvo vinculada. Creo ciegamente que su ejemplo de profesionalismo me ha inspirado a desarrollar mi carrera.

Desde que yo era niño, mi mamá fue mi guía y, en muchas ocasiones, formadora y correctora en diferentes momentos que así lo exigieron. Cada vez que recuerdo su compromiso con la excelencia, la vocación de servicio y su capacidad para afrontar con optimismo los desafíos que trae la vida profesional, me doy cuenta de que mi pasión por lo que hago viene de su ejemplo.

Con mucho cariño recuerdo el alto nivel de confianza que ella tenía en mi capacidad para seguir adelante, incluso cuando los obstáculos parecían muy difíciles de superar. Y siento que, en buena medida, esa confianza me permitió buscar los caminos para seguir sus pasos y convertirme en profesor de operaciones con enfoque en management.

Mi mamá fue un modelo de ética, empatía y resiliencia con sus estudiantes, pares y superiores con los que trabajó. Normalmente intento parecerme a ella durante mis clases y también intento ser el medio para transmitir estos valores a mis estudiantes, con el fin de formar personas integras que logren buenos resultados en sus vidas profesionales, bajo premisas fundamentales como la ética. Es por ello por lo que posiblemente el alcance de su legado se ha difundido, incluso, hasta personas que ella no conoció, por medio de los procesos educativos que llevo a cabo en mis clases.

En este quinto aniversario de su partida, tengo muy claro ella me inspira para motivar a mis estudiantes a alcanzar la excelencia en sus trabajos. Su influencia sigue motivándome a ser mejor un profesional, a asumir con responsabilidad y compromiso las tareas que desempeño porque tienen un impacto directo en la sociedad, como seguramente también le ocurre a usted, querido lector.

Admito que su partida fue dolorosa. No obstante, me llena de orgullo admitir que además del total y desinteresado amor por su familia, su dedicación inquebrantable y el cuidado por sus seres queridos, su legado prevalece. Su trabajo ejemplar, dedicación y esfuerzo es y será ejemplo para muchas personas.

Es en honor a ella y a todos los padres apasionados por su trabajo, que debemos continuar esforzándonos por mantener muy vivos los valores y las virtudes en nuestros trabajos, con nuestras familias y amigos porque en ellos, quienes conforman nuestro entorno, reposan las enseñanzas y propósitos de quienes más nos amaron.

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