Diversidad e inclusión: medir para avanzar

La medición en las organizaciones es parte vital de los resultados. Contar con indicadores de rendimiento, resultados económicos, sostenibilidad y productividad hacen parte de la fórmula para ser mejores. Sin embargo, en los últimos años, principios como la diversidad e inclusión se han convertido en una necesidad indiscutible en el panorama empresarial, lo que hace importante que también sean medidos como parte de los resultados de negocio.

Estudios de Gallup Workplace muestran que los ambientes laborales incluyentes aumentan 39% la satisfacción del cliente, 22% la productividad y 27% la rentabilidad del negocio, lo que nos demuestra que apostar por la diversidad vale la pena. Los estudios de entornos incluyentes nos ratifican que la receta del éxito está en las personas, pues cuando los colaboradores pueden ser verdaderos y auténticos, logran generar soluciones innovadoras para los problemas que enfrenta el mundo, y eso es lo que marca la diferencia.

Abogar y aplicar estos principios no es cuestión de compromiso, debe convertirse en la realidad del día a día, de cómo se vive y se trabaja en las organizaciones. Para esto, es necesario contar con el respaldo de una red interna y una estrategia completa que involucre a los empleados, líderes de equipos, las funciones corporativas de la compañía, los segmentos de negocios y audiencias, los grupos de afinidad de empleados, junto con las políticas globales y los equipos, todos trabajando sin excepción por la diversidad e inclusión.

Ya existen reportes que ejemplifican porqué la diversidad e inclusión son principios clave de negocio, imperativos que van más allá de tener un programa o una iniciativa. Este tipo de documentos permite a otras organizaciones identificar fácilmente prácticas para la generación de entornos diversos y resaltan que es posible lograr importantes resultados cuando se apuesta por estos principios, a través de un paso a paso para la creación de ambientes incluyentes, lo que plantea el reto de contar con una estrategia que pueda cumplir, uno a uno, preceptos como los siguientes:

Las empresas deben comprender que la clave para avanzar es medirse y esto se logra a través del establecimiento de indicadores. También es importante contar con un índice de inclusión o encuestas que garanticen contar con la participación y opinión de los empleados, como un eje determinante para valorar las perspectivas diversas.

Adicionalmente, establecer sistemas y procesos de responsabilidad que contengan programas, expectativas y controles de comportamiento es fundamental para la gestión del desempeño de la diversidad y la inclusión. Además, la igualdad de oportunidades como un precepto fundamental y la generación de políticas corporativas de diversidad e inclusión, que garanticen oportunidades para todos, protección y participación de todos, no pueden ser opcionales.

Recientemente Johnson & Johnson publicó You Belong: Diversity & Inclusion Impact Review, el cual reveló que al mejorar en la inclusión las organizaciones pueden encontrar 27% en reducción de la facturación, 40% de reducción en incidentes de seguridad y un aumento de 12% en la productividad. En la compañía hemos trabajado por educar sobre el sesgo inconsciente, a través de programas de formación y capacitación que han impactado a más de 90% del total de empleados y casi la totalidad de los líderes de la organización en el mundo.

En este camino por recorrer es importante recordar que la verdadera innovación pocas veces es propia de un genio que la crea, sino de varias personas con pensamientos diversos que comparten y edifican. En ese sentido, la diversidad y la inclusión deben estar impulsados por la convergencia de opiniones, conjuntos de habilidades y experiencias de vida. Cuando los empleados entienden, viven y hacen parte de estos principios, los buenos resultados llegan por sí solos.