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ANALISTAS 16/12/2025

¿Por qué la IA industrial avanza más lento?

Hernán David Pérez
Asesor en transformación digital y productividad

¿Está realmente preparada la industria manufacturera para aprovechar el potencial de la inteligencia artificial? Cada día que pasa nos deslumbramos con modelos de IA capaces de crear imágenes, resumir el contexto de reuniones, responder preguntas complejas, escribir código o asistir a los usuarios en sus decisiones de compra. Sin embargo, se habla muy poco del despliegue de la IA en las líneas de producción: esos lugares donde nacen los productos que hacen nuestra vida más fácil.

Si bien la manufactura ha vivido revoluciones visibles gracias a la automatización y a la robótica industrial clásica, la IA cognitiva avanza a un ritmo más lento. No ha irrumpido con fuerza, pero tiene el potencial de transformar de manera profunda las fábricas.

La integración de la IA en la manufactura puede entenderse como una evolución en cinco niveles:

(i) En el primer nivel, la fábrica registra lo que ocurre, capturando datos desde máquinas y procesos; es lo que solemos llamar la estructuración del big data.

(ii) En el segundo nivel, surge la analítica avanzada para comprender qué ocurrió, identificando pérdidas, causas y desviaciones.

(iii) En la tercera etapa, comienzan las capacidades predictivas, anticipando fallas o defectos antes de que sucedan.

(iv) En el cuarto nivel, la IA recomienda qué hacer, y el humano valida, sugiriendo ajustes, recetas o prioridades de producción. Por ejemplo: “La mejor opción es aumentar la temperatura a 75 °C”.

(v) Finalmente, en el nivel más avanzado, la fábrica cuenta con un asistente de IA que ayuda a las personas a decidir mejor en tiempo real, aportando contexto, recordando experiencias pasadas y explicando las consecuencias de cada alternativa. En este punto, la IA ayuda a reducir la fricción cognitiva al entregar decisiones pre-elaboradas, como: “La última vez que ajustaste la temperatura a 75 °C en este producto, redujiste el desperdicio, pero aumentó el tiempo de ciclo. ¿Deseas continuar?”

Precisamente, el gran reto de la IA en manufactura está en alcanzar una madurez real en los niveles cuatro y cinco. No obstante, en muchas plantas con las que he trabajado, el rezago comienza desde el primer nivel, donde aún es común la captura de información en papel o en archivos Excel.

¿Por qué la IA parece menos madura en manufactura que en otros sectores? Existen tres razones estructurales. Primero, la falta de prioridad: muchas empresas están enfocando sus esfuerzos de IA en áreas más visibles o cercanas al cliente. Segundo, la ausencia de big data industrial de calidad, integrado y confiable. Y tercero, porque muchas organizaciones no sienten urgencia por cambiar la forma cómo producen, subestimando el impacto de la productividad en su competitividad de largo plazo.

En manufactura, el valor de la IA no está en reemplazar al ser humano, sino en reducir la variabilidad de los procesos: produciendo de forma más predecible, con menor costo, mayor productividad y menor necesidad de Capex. La transformación ya está en marcha. Las empresas que hoy invierten en capturar y estructurar sus datos, entender la variabilidad de sus procesos y preparar a sus equipos para decidir con datos están en posición de convertir la IA en una ventaja competitiva real.

Las demás seguirán hablando de IA… mientras toman decisiones como siempre.

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