Media semana de calvario para la economía

Una media semana agridulce será la que experimentará la economía colombiana luego de que el Fondo Monetario Internacional la colocara como la de mayor crecimiento entre las grandes economías de la región y en el listado de las tres más dinámicas si la lista se filtra por los 35 países de la Ocde. Las razones para que la banca multilateral afirme que Colombia crecerá 3,4% este 2019 tienen que ver con su manejo fiscal ortodoxo, los robustecidos ingresos petroleros, el crecimiento de la inversión en el sector energético y la estabilidad en la tasa de intervención en el mercado por parte de la banca central, más una inflación bajo control en menos de 4%. Claro está que hay un penoso lunar macroeconómico y es el que tiene que ver con el desempleo generado por la migración de venezolanos. Pero no muy lejos de ese panorama halagüeño está el calvario que tendrán que atravesar las finanzas nacionales con las demandas de inconstitucionalidad de la pasada reforma tributaria o Ley de Financiamiento ante la Corte Constitucional, y el visto bueno que debe dársele al presupuesto general para el año que viene en el Congreso.

Son demasiadas emociones juntas que tendrá que sortear un Ministerio de Hacienda muy preocupado por el desenlace de las leyes de presupuesto y de financiamiento. El proyecto de Presupuesto 2020 debe ser avalado en su último debate en plenarias (antes del 20 de octubre) sino irá por decreto, lo que no es bueno para las relaciones con el Congreso. En términos de leyes (así sea la de presupuesto) lo mejor es la concertación con el legislativo para que haya un compromiso de los distintos poderes. Es evidente que las relaciones con el Congreso no fluyen como se quiera, pero los ministros de cada sector deberán empeñarse a fondo con los líderes de la Cámara y el Senado para que todo salga de la mejor manera para el país económico, que no puede tropezar en una coyuntura de franca recuperación. La iniciativa presupuestal tuvo al comienzo 98 artículos que se extendieron a 138, ampliación que tiene que ver con la inminente reforma pensional que irá embebida en la modificación de los Beneficios Económicos Periódicos, para la cual se usó el proyecto de ley.

Desde la orilla de las demandas de inconstitucionalidad de la reforma tributaria se corre el peligro de que tumbarla o modificarla costaría anualmente 1,5 puntos del PIB de crecimiento, lo que borraría la revisión al alza del crecimiento económico que ve la banca multilateral. En caso de que se declare inexequible, el recaudo tributario en 2020 caería $1,6 billones frente a lo previsto en las cuentas fiscales, lo que dejaría un recaudo de $156,9 billones, en lugar de $158,5 billones. Esto implica que sería equivalente a 14,1% del PIB en 2020, en lugar de 14,2%. Un escenario que borraría cualquier atisbo de franco crecimiento.

Solo faltan dos meses y medio para que termine este trepidante 2019, año que a pesar de todas las marchas y protestas experimentadas, la economía tendrá uno de los mejores crecimientos de la región, un factor que no es menor en medio de un vecindario bastante golpeado por los malos manejos de las finanzas públicas, los choques populistas y la inestabilidad política generada por los débiles liderazgos e ineficacia de las reformas sociales. Colombia puede sorprender, solo es cuestión de que todos empujemos para el mismo lado.