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Matrícula gratis, subsidio al empleo, planes para compra de vivienda y créditos blandos para proyectos en el agro son acciones que ningún gobierno le había dado a los jóvenes
Es un hecho poco debatible que la pandemia derivada del coronavirus es la principal causa de la crisis económica y social que está atravesando Colombia y que la mayoría de los 21 millones de pobres son jóvenes menores de 30 años, quienes se encontraron en una sin salida laboral y educativa, precipitando un estallido social sin precedentes que suma 22 días de protestas, el paro más largo de la historia reciente y uno de los más duraderos entre países de la región. El Gobierno Nacional fue lento en identificar que esta situación era previsible y que debía acelerar los planes de vacunación, reactivar la economía y poner en marcha los programas de ayuda económica, que un poco tardíamente ha dado a conocer en las dos últimas semanas. Mejor tarde que nunca hay que socializar los alcances de que en adelante los jóvenes de menores ingresos no pagarán matrícula en las universidades públicas, una de las reivindicaciones más populares durante las marchas. Igualmente, se ha puesto a andar un plan de subsidios para vivienda de las personas entre 18 y 28 años, quienes podrán comprar casa y estabilizar su futuro con las ayudas del Gobierno. Tendrán condiciones preferenciales en el crédito de vivienda VIS, través del Fondo Nacional del Ahorro, garantías para el crédito hipotecario 100% subsidiadas por el Gobierno y acompañamiento personalizado durante el proceso. Además, se podrá financiar hasta 90% del valor de la vivienda, para que se reduzca la cuota inicial. La tercera medida es una ambiciosa línea de crédito para esta misma población, a quienes quieran emprender en el sector rural. A esas políticas públicas elocuentes para los jóvenes en educación, vivienda y créditos blandos, se pueden sumar otras como el subsidio a las empresas que les generen trabajos, plan que ha subsidiado el equivalente a 25% del salario mínimo a las compañías que cumplan con este requisito. Nunca antes un Gobierno en la historia reciente había habilitado un paquete de medidas que favorecen a los más jóvenes del país, que representan más de 18,5% de la población.
La ecuación del desarrollo personal arranca con el empleo y, en ese sentido, se da el subsidio a las empresas que generen trabajo para jóvenes, pero lo más importante de la batería de proyectos para esta población, cercana a los 8 millones, es el apoyo al emprendimiento rural. El articular de esta idea es el Banco Agrario, que se enfoca en egresados o estudiantes de los últimos semestres en carreras universitarias, tecnólogas o técnicas para que monten sus proyectos productivos y no tengan que aventurarse en las grandes ciudades por un trabajo. El programa Crédito Joven tendrá dos vertientes: la primera será para proyectos agropecuarios, con montos hasta por $40 millones en los que haya más de dos jóvenes asociados, o hasta $30 millones en proyectos individuales. El plazo del crédito será de hasta cinco años, con un periodo de gracia a capital de un año y una tasa de IBR -1,1%, es decir, una tasa mínima de 0,6% efectiva anual. La segunda estará enfocada en proyectos agroindustriales, para los que el banco está otorgando préstamos hasta por $80 millones en asociaciones de dos o más jóvenes, o de $60 millones. Al cierre de abril, los desembolsos para jóvenes llegaron a $81.000 millones, lo que representó un crecimiento de 128%. De eso se trata, de activar ayudas públicas focalizadas para que los jóvenes no sean más buscadores de empleo, sino empresarios.
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