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Déficit fiscal del Gobierno Nacional Central
A poco más de un mes y un año para que el Gobierno actual entregue la administración del país, los aspirantes a ser presidentes tienen que empezar a hacer propuestas serias
Hay casi 70 aspirantes públicos que quieren ser presidentes de Colombia, unos 42 tienen un esquema de seguridad que han solicitado al Estado, pero solo un puñado han hecho propuestas serias para ser consideradas; el grueso de los llamados precandidatos solo se limitan a ser antipetristas o defender la causa del actual Presidente.
Quizá puedan argumentar que aún falta mucho tiempo y que cuando se vayan decantando aparecerán sus ideas, pero la opinión pública necesita analizar sus propuestas, la viabilidad de sus proyectos políticos, y sobre todo, su liderazgo, carisma y preparación para llevar las riendas del país hasta 2030.
El asunto económico, el orden público, la política interna y las relaciones exteriores son los cuatro pilares fundamentales, que hasta ahora no se han puesto a prueba de grandes propuestas. Lo primordial va a ser la economía que se entregará en los rines en lo que tiene que ver con las finanzas públicas y la situación de un Ecopetrol sin rumbo.
Quienes quieren ser presidentes deben tener a su ministro de Hacienda, equipo económico y presidente de la estatal petrolera identificados desde ya; las ideas que tengan sobre cómo manejar el déficit fiscal, la deuda externa, la inflación, la informalidad, el desempleo, el grado de inversión, entre otros aspectos, no dan espera.
Un candidato con verdaderas posibilidades deben contar con un equipo que demuestre cómo va a recuperar la economía, al menos en lo que tiene que ver con las finanzas públicas, pues en lo macro las cosas no se van a entregar tan mal.
El gran debate de los presidenciables debe gravitar sobre la economía, cómo sacar a unos 15 millones de colombianos de la pobreza y a 5 millones de la miseria extrema; nadie habla del tumor económico de la informalidad que agrupa a 7 de cada 10 trabajadores, y lo que es, el verdadero desangre de las contribuciones tributarias; al actual Gobierno Nacional nunca le importó ni la evasión ni la informalidad, defectos que deben ser corregidos en poco más de un año.
Gustavo Petro no hizo nada por recuperar el grado de inversión, aplazó la regla fiscal para aumentar la deuda externa y nunca propuso una verdadera reforma tributaria estructural trabajada con el sector productivo; nunca hubo un plan de crecimiento económico y el Estado central creció como pocas veces en la historia.
En solo un año el nuevo presidente de Colombia debe reenfocar a Ecopetrol, garantizar las reservas de gas y de petróleo para la próxima década y acelerar la transición energética. El presidente que le reciba a Petro no va a encontrar nada organizado, ni estructurado, tendrá que rehacer los pilares fundamentales de la economía, volver a trabajar con el sector productivo y garantizar que las cosas se enfocan para atraer inversión extranjera.
El presupuesto general de la Nación para 2026 debe ser superior a los $525 billones actuales y de impuestos solo se recogen $300 billones, las cuentas no son muy buenas y las necesidades enormes si se tiene en cuenta la deuda social y las precariedades en que se encuentra el país.
Y ni qué hablar de los costos en que se debe incurrir para recuperar el orden público, pues hay ciudades enteras captadas por las mafias y las nuevas guerrillas dominan grandes regiones vinculadas con el narcotráfico. Querer ser presidente es tener ideas, no solo deseos de figurar, y ante todo, contar con un equipo idóneo que tenga ideas y genere credibilidad.
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