La importancia del Gobierno Corporativo

El caso de Interbolsa, más allá del lío financiero, pone sobre la mesa de discusión la importancia de las juntas directivas

“Fue a mis espaldas”. Esa no puede seguir siendo la disculpa de muchos políticos, empresarios y en general de docenas de líderes colombianos caídos en desgracia por su falta de control y vigilancia en sus encargos o asignaciones profesionales. Los responsables no pueden lavarse las manos olímpicamente cuando sobre sus acciones pesa la quiebra moral, democrática o financiera de miles de votantes, inversionistas o ahorradores. La frase lapidaria fue puesta de moda por un ex presidente que la usó como último recurso cuando su campaña política fue puesta en evidencia; ahora casi con las mismas palabras convertidas en acciones, se revive esa situación con la renuncia masiva de la junta directiva del Grupo Interbolsa cuando ya no había nada que hacer. Quieren lavarse las manos ante la justicia por su inherente responsabilidad en la situación.

Quién sino la junta directiva de una empresa es la responsable de medir y aconsejar sobre el riesgo que puede toma la alta gerencia. Esa pregunta la debe conocer una persona que es escogida o presta su nombre para una junta directiva. Son ellos los coresponsables de las actuaciones de los directivos. Con la renuncia posteriori no salvan su responsabilidad en la intervención de la firma comisionista del Grupo Interbolsa. Los nueve miembros de la junta, los independientes y los accionistas, deberían tener conocimiento de lo que al interior de su holding estaba sucediendo. ¿Cómo se hacían las actas? ¿Quién las firmaba? ¿Quién evaluaba el riesgo? ¿Cada cuánto se reunían? ¿Cuánto les pagaban en la junta? Si se ocultó información debe haber una responsabilidad legal frente a esta triste situación.

La Superintendencia Financiera intervino oportunamente en la gestión de la firma estrella del mercado secundario, pero ahora esas acciones que la llevaron a esta situación deben ser investigadas a fondo para que no vuelva a ocurrir. Hay que revisar la manera cómo funcionan los gobiernos corporativos de empresas con impacto en el sistema financiero. Cuando una empresa latinoamericana accede al mercado estadounidense a través de los ADRs, lo que más exigen las autoridades de la SEC es la transparencia y probidad de los gobiernos corporativos y la alta gerencia. ¿Qué está haciendo la Superintendencia Financiera de Colombia en este frente? ¿Cuántas empresas de bolsa tienen junta de papel, gerentes y presidentes de bolsillo?

La tragedia de Interbolsa -se liquide o siga viva la empresa- debe enseñarle al sistema financiero colombiano a que ya somos jugadores de otras ligas y que por el bien del país y de todo el sistema se deben extremar los controles. El país económico no tolera más proyectares, más interbolsas o grancolombianos. El reto del Gobierno y la justicia es garantizar seguridad a las inversiones.