Histórico paso del comercio mundial

Contar en tiempos de Twitter la historia del comercio mundial en un tweet puede parecer muy sencillo: la posguerra le heredó al mundo tres iniciativas económicas, la financiación, el fomento y el libre comercio. Lo primero lo ejecuta con el Fondo Monetario Internacional, lo segundo con el Banco Mundial y lo tercero, lo más tardío, a través de la Organización Mundial del Comercio. Pero todo no siempre fue así, ni las velocidades de puesta en marcha de las instituciones de Bretton Woods fueron las mismas.

Cuando el mundo comercial dice que lo ocurrido este fin de semana en Bali es histórico, es cierto. El acuerdo alcanzado en Bali (Indonesia) para desbloquear la Ronda de Doha, estancada desde 2008, y avanzar en la liberalización del comercio internacional, es un enorme paso que destrabará el intercambio de bienes y servicios del siglo XXI. Lo trascendental es que el acuerdo conseguido en el encuentro auspiciado por la Organización Mundial del Comercio envía una importante señal y puede dar un importante impulso al crecimiento global. 

Por ejemplo, para el gobierno alemán la reducción de la burocracia aduanera consignada en el nuevo acuerdo es positivo para países industrializados y las economías en vías de desarrollo. El hecho trascendental es que los 159 países miembros de la OMC superaron los obstáculos que bloqueaban las conversaciones multilaterales en los últimos cinco años, y se pusieron de acuerdo en temas importantes sobre agricultura, facilitación del comercio y desarrollo. Aunque los gremios colombianos se apuraron a dar declaraciones en el sentido de que nada cambiará en el mediano plazo, especialistas internacionales “calculan que lo suscrito podría suponer hasta un billón de dólares a la economía mundial y crear hasta 21 millones de puestos de trabajo”.

El diario español Expansión, de la Red Iberoamericana de Periodismo Económico, Ripe, acierta cuando dice que el pacto salva a la organización de la decadencia y la irrelevancia, y es todo un éxito para la comunidad mundial. La OMC está de nuevo encarrilada; recordemos que la institución es relativamente nueva, pues data solo de 1995 y fue creada para ocuparse de las normas mundiales por las que se rige el comercio entre las naciones. Su principal función es velar por que el comercio se realice de la manera más fluida, previsible y libre posible. También es un gran paso logrado por Roberto Azevêdo, el director general, quien es nuevo en el cargo y ahora tendrá el reto de trabajar en el frente de los subsidios agrícolas, punto en el que se centra la mayor discordia entre países pobres y ricos.

La verdad, pocos eran optimistas frente este avance; ahora la OMC no debe perder el ritmo y Colombia no quedarse atrás en entender el nuevo contexto.