Colombia se raja en libertades económicas

Es cierto que no se pueden hacer negocios con pesimismo y que nadie se levanta en la mañana a esperar que le vaya mal o salgan mal los planes, pero también es sensato y racional ser prudente y mirar con desconfianza las señales que brinda la cotidianidad para tomar decisiones.

Si bien los fundamentales económicos colombianos presentan números adecuados, las fuentes o los orígenes no dejan de ser anómalos, subterráneos y oscuros, como son el gasto público, el endeudamiento desmesurado, la anarquía institucional, la burocracia -y sobre todo- el narcotráfico que se nota en la economía cuando se monetizan las casi 300.000 hectáreas de coca que abastecen 90% del mercado internacional de la cocaína.

Recientes estudios hablan de que el peso de las economías subterráneas en el PIB colombiano puede ascender a 4%, es decir, unos US$16.000 millones, más que el dinero que entra por remesas. Parte de esta hipótesis se comprueba con el índice publicado en Economic Freedom of the World 2025, elaborado por el Instituto Fraser, que mide el grado en que las personas en 165 países pueden tomar sus propias decisiones económicas.

El índice muestra que la libertad económica mundial ha aumentado desde 2000, pero cayó precipitadamente tras la pandemia borrando una década de progreso. Hoy, el nivel de vida ha aumentado; los ingresos medios son 6,2 veces mayores; la gente tiende a trabajar siete horas menos cada semana; se vive unos 17 años más; menos niños mueren; la gente está más satisfecha con sus vidas; los gobiernos son menos corruptos y los entornos están más limpios.

Eso en el panorama mundial, porque para Colombia las cosas no son tan buenas. El Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga presentó los resultados de ese informe y alerta que Colombia estaba en el puesto 86 y cayó al 94 entre 165 países y territorios.

¿Cuáles fueron las causas de tan mal desempeño como país? El tamaño del Gobierno, el sistema legal, los derechos de propiedad, el acceso a una moneda sana, la libertad de comercio internacional y las regulaciones. Todos esos son factores determinantes que le hacen perder peso a Colombia en uno de los índices más influyentes del mundo, conclusión que se corrobora con la pérdida del grado de inversión, la pugnacidad política y el enorme deterioro del orden público.

El Gobierno Nacional nada está haciendo para controlar el tamaño de la administración, factor en donde se ubica en el puesto 65 y que se refleja en el gasto público en burocracia. En lo que tiene que ver con la seguridad jurídica -sistema legal y derechos de propiedad- Colombia descendió al puesto 96, impulsado principalmente por los costos y los trámites que dificultan la inversión.

La inflación, la revaluación y el poder adquisitivo hace que el país esté en el puesto 114. En libertad de comercio internacional está en el 103; y en regulaciones, en el puesto 65, dados los retrocesos en normas laborales, salario mínimo y horarios laborales.

Chile en el puesto 26; Perú en el 51, México en el 70 y Brasil en el 87, sobrepasan a Colombia que va de mal en peor a los ojos de estos rankings que determinan la visión que se tiene del país. Al Gobierno actual solo le queda trabajar en los 9 o 10 meses que le quedan en mejorar en este tipo de listados para que el daño a la inversión y al clima de negocios no se siga deteriorando.