Alerta temprana por el bajo crecimiento

El dato del crecimiento económico de Colombia entre enero y marzo de 2019 decepcionó a todos, pues se esperaba que llegara a 3,2% y alcanzó 2,8%, sólo unas décimas más que el año pasado. Las expectativas de un fuerte repunte en el PIB no eran infundadas por el buen comportamiento de los precios del petróleo, un ambiente de cambio en los negocios, luego de una temporada de arranque del nuevo Gobierno signada por el pesimismo y la incertidumbre. No obstante, el dato no es malo incluso es mejor que las últimas cifras: en 2015 fue de 2,5%; en 2016 bajó a 2,4%; y en 2017 disminuyó hasta 1,20%. Eso quiere decir que este 2,8% muestra una tendencia de franca mejoría de la economía, afirmación que se sustenta si se compara el primer trimestre del año en curso con el último trimestre del año pasado cuando ascendió a 2,7%. Las cifras hablan por sí solas y muestran que la economía va en buena tendencia, pero que debe acelerar el proceso de mejora para que genere los puestos de trabajo que se necesiten y logre cambiar el preocupante número de desempleados que se asoman a los tres millones de colombianos.

Es cierto que la cifra no fue la esperada y que el país debería de tener una dinámica de crecimiento superior, no solo por las necesidades de generación de empleo anheladas, sino porque las tasas de intervención del Banco de la República están estables desde hace más de año y medio, lo que genera una dinámica en el consumo ideal. Lo que se debe mirar en detalle es cada uno de los sectores para poder ejecutar políticas de expansión quirúrgicas o muy particulares. Por ejemplo, es un hecho elocuente que algo está pasando con la construcción que se contrajo 5,6%, un número que no se esperaba, pero que se sentía en la dinámica de los negocios de este importante sector, que dicho sea de paso es de los que más empleos generan. Preocupa la caída de 8,8% de las edificaciones residenciales, que no pudo compensar el alza de 8,5% que experimentó la construcción de carreteras y de otras obras de ingeniería civil. Las cifras se convierten en un llamado para que el Ministerio de Vivienda haga algo estructural para reparar esta situación que golpea al país y siembra más incertidumbre económica.

El estratégico sector agropecuario solo creció a un ritmo de 1,4%, una cifra muy mediocre en un campo con potencial exportador incomparable en la región. Es menester de la cartera responsable diseñar políticas más efectivas que lleven inversionistas al sector para que se puedan desarrollar planes para crecer las exportaciones de productos como flores, banano, café, aguacate y ampliar con nuevos cultivos. El país debe tomarse muy en serio el cuento crónico de que tiene el potencial para ser la despensa de América. Otros segmentos de la economía que redujeron en el primer trimestre fueron las actividades profesionales, científicas y técnicas que cayeron 4,3 puntos porcentuales al pasar de un alza de 7,3% a 3%; la llamada rama de la administración pública y defensa también se redujo otro 1,2% al caer de 4,5% a 3,3%. Antes de que la administración cumpla el primer año de gobierno debe poner a andar un plan de choque para reforzar el crecimiento económico y no dejar que las expectativas caigan. Para hacerlo, debe haber liderazgo y trabajo mancomunado entre gremios y ministerios.