La volatilidad registrada en los últimos días en el sector bursátil, más que ser una situación para preocuparse, muestra una corrección coyuntural de mercado y abre el camino a una nueva oportunidad para los inversionistas de largo plazo.
Los mercados de capitales tienen ciclos y el país venía de año y medio de buenos resultados e incrementos sostenidos en precios. Esta coyuntura gesta una posibilidad en la que no solo se recomienda aumentar las posiciones en activos, sino mantener los actuales (en el caso particular de emisores con fundamentales sólidos), teniendo claro, que toda negociación tienen un riesgo inherente.
Hay varios aspectos que generan confianza y tranquilidad frente a los bajos rendimientos que se presentan actualmente. Por un lado, la coyuntura está relacionada en mayor medida con factores internacionales y no con las variables y los fundamentales más importantes de la economía colombiana, la cual se mantiene con una buena perspectiva. A esto se suma que las principales compañías que cotizan en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) siguen registrando resultados positivos.
Así, mientras la economía y el desempeño de las empresas colombianas mantengan una tendencia favorable, las reducciones observadas en los precios de las acciones generan una nueva oportunidad de inversión a largo plazo para los interesados tal y como lo demuestra el desempeño histórico.
El mercado de capitales se constituye en una alternativa de ahorro y un complemento importante para los instrumentos tradicionales. Hace 10 años, la principal opción que tenían los colombianos eran las cuentas de ahorros y certificados de depósito a término fijo en un escenario de tasas de interés atractivas, caso contrario al presentado hoy en el que éstas se ubican en niveles históricamente bajos en términos reales.
Tanto las personas del común como los grandes inversionistas encuentran opciones que se ajustan a sus diferentes perfiles de riesgo. Se destacan, por ejemplo, las carteras colectivas, vehículo que brinda la posibilidad de invertir en todo tipo de activos del mercado de capitales con montos pequeños, en la mayor parte de los casos.
En este sentido, lo más relevante es tener claro el perfil de riesgo para que el asesor defina los activos o los portafolios que son más compatibles con el mismo.
En este proceso es necesario que los inversionistas verifiquen que las entidades estén reguladas y vigiladas por la Superintendencia Financiera, que tengan un buen marco regulatorio, adopten políticas de riesgo adecuadas y cuenten con gobierno corporativo.
Por su parte, las compañías que ofrecen servicios de intermediación financiera deben informarles a los clientes cuáles son los procesos de toma de decisiones, cuál es su calificación y sus vehículos de inversión que utilizan.
Es importante que el inversionista tenga en cuenta que cuando le ofrecen tasas de rentabilidad excesivamente altas, comparadas con las vigentes en el mercado, esa determinada opción puede constituirse en un riesgo asociado a falta de regulación. Usualmente, una alternativa de inversión en el mercado no puede garantizar una rentabilidad determinada, excepto en casos puntuales como los CDT’s.
Si bien el mercado de capitales puede permitir alcanzar rentabilidades atractivas en el corto plazo, hay que verlo como una oportunidad en largos periodos, tiempo en el cual el ahorrador puede diversificar y tomar las mejores opciones de acuerdo con el monto que se pueda destinar, lo que a su vez se traduce en una disminución del riesgo.
Así las cosas, ante coyunturas como la actual, lo importante es buscar asesoría y mantener la tranquilidad y las posiciones de aquellos emisores que cuentan con sólidos fundamentales, eso sí, considerando el perfil de riesgo y horizonte de tiempo de los inversionistas.
