.
ANALISTAS

Lo que la plata no pudo comprar

miércoles, 28 de octubre de 2015
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

Una gran preocupación de las elecciones que acaban de transcurrir era los ríos de dinero que se estaban gastando los candidatos. Se decía que una campaña a la gobernación podía costar decenas de miles de millones y una alcaldía de una ciudad pequeña miles. Obviamente, la pregunta que todos se hacían era de dónde podían provenir los recursos y cuál era su propósito.

Algunos incluso hablaban de la existencia de “inversionistas” profesionales en las candidaturas, quienes verían el retorno de su “inversión” vía prebendas y contratos. Recordemos la frase de Juan Carlos ‘el Negro’ Martínez, quien famosamente nos informó que era mucho más rentable una alcaldía que un cargamento de coca.

Sin duda, hubo ríos de dinero y los intereses oscuros primaron en muchos lugares (Yopal se viene a la mente), no solamente a nivel de gobernaciones y alcaldías, sino también en las asambleas y los concejos.

No obstante, la noticia positiva es que hasta la plata tienen sus límites. En Bogotá la izquierda agotó todas la páginas del manual chavista para ganar elecciones y, sin embargo, su candidata quedó en tercer lugar. Era pública y notoria la utilización de recursos estatales para promover la candidatura de Clara, como quedó probado no solamente por los trinos de la doctora Marta Lucia Zamora, la Goebbels del petrismo, sino por la movilización de funcionarios, el otorgamiento de contratos y la grotesca manipulación de los medios de comunicación distritales a favor de la candidata oficial.

En Cali, la autenticidad y sinceridad del empresario Maurice Armitage, quien empezó con un 2% en las encuestas, se ganó el corazón de los caleños, especialmente de los más necesitados.  Su singular historia de vida fue más que los miles de millones que se gastó ‘el Chontico’ Ortiz, el chancero más importante de la ciudad o que el populismo geriátrico de un Angelino que debería estar descansando y no aspirando a gerenciar una urbe de dos millones de habitantes.

Medellín también eligió la propuesta de Fico Gutiérrez, quien rebasó de sobra a Juan Carlos Vélez. Aunque nunca en las dimensiones caleñas o bogotanas, la victoria de Gutiérrez sobre la respetable maquinaria uribista antioqueña, motorizada por los Valencia Cossio y por Luis Alfredo Ramos, fue un grito de independencia. 

Inclusive en ciudades más pequeñas donde tradicionalmente se ha desconsiderado el llamado voto de opinión triunfaron candidatos, bueno…de opinión. 

Neiva, por ejemplo, donde el médico Rodrigo Lara, del Partido Verde, se impuso sobre el nefasto Gorky Muñoz; en Bucaramanga donde la “Lógica, ética y estética” del empresario Roberto Hernández se impuso sobre el clan Aguilar o en Santa Marta donde Rafael Martínez aseguró el continuismo, no necesariamente conveniente de Carlos Caicedo pero tal vez algo mejor que los políticos samarios de siempre. Inclusive en Cartagena donde el ganador fue Manolo Duque, periodista que reemplazó a Campo Elías Terán en La Cariñosa, y que aplastó al candidato de la maquinaria pura y dura, Antonio Quinto Guerra, que se consideraba como fijo. 

En fin, lo cierto es que en estas elecciones se demostró que el electorado es más autónomo y consciente de lo que usualmente se le reconoce. Aunque la democracia colombiana sigue estando contaminada por el clientelismo y la plata excesiva,  los resultados del domingo dan una luz de esperanza.

En casos significativos, como los mencionados, los electores no se dejaron comprar, ni se dejaron engañar. La gente en la capital rechazó contundentemente el proyecto neochavista de la Bogotá Humana, en Cali se impuso un programa de continuidad que supera los resentimientos sociales que tanto daño le han hecho a la ciudad, en Medellín, se ratifica el proyecto fajardista que empezó en 2004 y la contundente victoria de Alex Char no deja duda sobre cual es la voluntad de los barranquilleros.

Esta vez podemos decir que la plata no triunfó, por lo menos no del todo. Depende de todos los colombianos comprometidos que podamos decir lo mismo en el futuro.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA