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ANALISTAS

La reforma tributaria

viernes, 26 de septiembre de 2014
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A pesar de que en su primera campaña, el presidente Santos prometió que no impondría más impuestos al pueblo colombiano, en el año 2012 su gobierno sacó adelante una reforma tributaria que creó impuestos como el Iman (Impuesto Mínimo Alternativo Nacional) que golpeo muy duro el poder  adquisitivo de la clase media.

El otro impuesto que creó el gobierno en la reforma tributaria de 2012, fue el Impuesto sobre Renta para la Equidad (Cree) que consiste en un gravamen que pagan las empresas sobre los ingresos que aumentan su patrimonio, este impuesto es del 9%.  En dicha reforma también se creó el impuesto al consumo que grava las comidas, los vehículos, los servicios y las telecomunicaciones, se modificó además el IVA, pues se suprimió la tarifa del 10% y muchos bienes gravados con ella, subieron al 16%. Como quien dice la promesa de no crear impuestos fue desconocida.

La situación fiscal del país es tan delicada, que ahora el Gobierno anuncia otra nueva reforma tributaria;  mientras que el incremento del recaudo en el 2011 y 2012 era de 25% a 32%, este año crece a 7%. Según cálculos de la Red de Justicia Tributaria, la tasa de crecimiento del impuesto de renta ha disminuido 24%.

Otro de los factores que inciden para la disminución drástica del recaudo, es la merma en la producción de petróleo, cuyas reservas probadas nos alcanzan para siete años, lo que es muy preocupante. El escenario de una Colombia que a diferencia de hoy que está exportando crudo, pase a ser importadora del mismo, sería supremamente grave para la economía. La disminución de la producción de crudo, ha reducido el monto de las regalías para financiar proyectos sociales de alto impacto.  Y esto es consecuencia  del azote de la violencia contra el personal de las compañías petroleras y los oleoductos, lo que ha generado desinterés en las exploraciones de nuevos campos petroleros, paralizadas también por protestas de las comunidades, muchas de ellas manipuladas por los grupos subversivos y, las barreras de las consultas previas que, el gobierno ofreció reglamentar y aún no lo ha hecho.

El gasto de funcionamiento del Estado para el 2015, costará $121,1 billones, osea 56% de los $216 billones que es el monto total del presupuesto, lo que ha llevado al Gobierno a congelar la nomina, sometida a una inflación burocrática antes de las elecciones presidenciales.

El presupuesto de $216 billones para el 2015, tiene un faltante por financiar de más de $12 billones, algo nunca visto, lo que ha obligado al Gobierno a romper de nuevo su promesa de no subir los impuestos y por ello, lidera  ahora otra nueva reforma tributaria.

Lo primero que se anuncia es la disminución de la base gravable del impuesto al patrimonio, que se empezará a pagar desde los $1.000 millones, pero además, se anuncia el aumento del porcentaje del gravamen, de 1,1% hasta 2,25%.  El impuesto al patrimonio es una doble tributación, pues éste ya ha sido gravado con el impuesto a la renta.

Otra de las propuestas del gobierno es el restablecimiento de las horas extras, desde las 6 p.m., lo cual incrementará en 35% el costo de la hora laboral y en los domingos y festivos el recargo ya no será de 75% sino de 100%.  Esta medida es un desestimulo a la inversión privada y a la generación de empleo pues, lo que traerá será despidos en los puestos de trabajo, especialmente a las personas jóvenes, las más aptas para trabajar en horas nocturnas.

No se entiende como el Gobierno Nacional  se vanagloria de liderar según dicen, una de las economías más sólidas del mundo, cuando el panorama es de violencia, nos muestra la destrucción de puestos de trabajo en el sector industrial, déficit en el presupuesto nacional y disminución de las regalías por la caída en la producción de los hidrocarburos.

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