Según reportes oficiales llegó el Presidente Chávez a suelo venezolano. Después de dos meses en Cuba curándose de lo que parece una complicada enfermedad, reportes indican que el jefe de Estado está en un hospital militar para seguir el tratamiento.
Aunque no se ha visto o escuchado públicamente, en la ultimas imágenes oficiales acompañado de sus hijas y leyendo el periódico Granma de Cuba se ve un Presidente muy lejos de la imagen que nos tenia acostumbrado.
No hay que negar la empatía que produce cuando una persona enfrenta una enfermedad. La empatía que se siente por la incertidumbre que produce en los familiares, allegados más cercanos y seguidores. Pero, también no se puede ocultar la empatía que siente por los millones de venezolanos que siguen viviendo en la incertidumbre política: ¿podrá gobernar? Y si no, ¿Cómo será la transición? ¿Habrá elecciones? ¿Cuándo?
Más de catorce años con una fuerte dosis de personalización del poder institucional es entendible que se cree esta incertidumbre. Un poder dominante que alimenta la percepción que tanto el poder legislativo y el judicial están subordinados al presidente.
Y a esta incertidumbre política, se le suma la económica.
Una inflación crónica alimentada principalmente por las políticas económicas del gobierno. Creciente gasto público que pone más dinero en los venezolanos alimentando una demanda y la importación. Al importar se compra de dólares y se venden bolívares.
Esta fuerte demanda acompañada con una débil oferta de productos. Azúcar, aceite de cocinar, café, harina claves en los platos del venezolano no llenan los estantes de los lugares de venta. ¿Por qué? La expropiación de empresas, la paralización de plantas y desincentivos comerciales vienen afectando la producción.
Incertidumbre sobre las finanzas públicas donde se excedieron considerablemente en su capacidad de gastos durante las elecciones presidenciales y regionales.
Incertidumbre ante la producción insuficiente de petróleo, de dólares y el estado financiero de Pdvsa. Es la vaca sagrada del gobierno y de la economía venezolana. Genera el 94% de la exportación del país. Según un plan de 2005, para 2012 estarían produciendo 5,4 millones de barriles diarios. Hoy, según el gobierno está por los 3 millones. ¿Qué pasó? Por otro lado, miles de barriles para China a cambio de pagar deuda; miles para Cuba a cambio de médicos y seguridad. Miles de millones de dólares en fondos no auditados que el poder ejecutivo maneja a discreción.
La reciente devaluación del bolívar, algo que por tiempo se estuvo negando, es el reflejo de toda esta realidad.
La incertidumbre que viven los venezolanos es la consecuencia de subordinar la estabilidad, la sociedad y las instituciones al poder de unos pocos humanos. No importa de qué lado del espectro político se esté, la historia dice que no es saludable para el desarrollo. Por eso, el regreso del Presidente Hugo Chávez es un nuevo capítulo de la novela titulada: “la incertidumbre venezolana”.
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