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El Papa y el libre mercado

martes, 3 de diciembre de 2013
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En su primera exhortación apostólica, el Papa Francisco compara el libre mercado con la nueva tiranía. Dice que aquellos que favorecen el libre mercado para provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo expresa una confianza burda e ingenua.

No tan solo los creyentes son ingenuos sino que están basando sus creencias en opiniones que jamás ha sido confirmada por los hechos. 

Entonces, ¿cuál es la solución a la desigualdad y exclusión social? Parece que el control del estado debe imponerse al desequilibrio de la tiranía del libre mercado. Dice que la desigualdad “proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común.”

Entiendo que hay que atacar la pobreza, la avaricia desenfrenada, la desigualdad injusta -la desigualdad tiene muchas caras- y la exclusión social. Nadie en sus cabales quiere que exista la miseria económica.   

Pero, ¿acaso esas distorsiones se ven solamente en el sistema de libre mercado? O sea, que el libre mercado las fábricas y les da vida. Entonces, ¿en el socialismo, el comunismo y todos los “ismos” no existen estas deformaciones humanas según la exhortación apostólica? 

¿No deberíamos ser más juiciosos en creer que el estado velará el bien común? Como olvidar la advertencia del profeta Samuel en el viejo testamento donde dice que el rey tomará los hijos, nos hará labrar, tomará los campos para sus funcionarios y servidores. Al final, terminaremos siendo esclavos. ¿Acaso no hay pruebas de esto en nuestra historia? 

Si aquellos que confían en el libre mercado para generar mayor equidad e inclusión social en el mundo expresan una confianza burda e ingenua, que pudiéramos decir de aquellos que confiaron en Dios y la religión cuando el holocausto o el fallo de una minoría de curas. ¿Acaso vivieron en una confianza burda e ingenua? ¿Deben darle la espalda a Dios y a la religión porque sus creencias no se confirmaron con los hechos? La falencia de unos mortales no debe ser razón para dejar de creer en Dios o en la religión. 

El libre mercado no es una tiranía. 

Desde los tiempos de Pericles hasta el final del siglo XVIII - 2300 años-, el nivel de vida en la tierra ha crecido 100%. En EE.UU. Desde 1790, el estándar de vida ha incrementado cerca de 4000%. O sea, 40 veces en un periodo de 220 años. En el 2012, un típico estadounidense en el nivel más bajo del ingreso tiene mejor nivel de vida y expectativas de vida que el 1% de los más ricos en 1790. 

De 1999 al 2012, los países en desarrollo creció 163% sacando cientos de millones fuera de la pobreza. ¿Cómo? Moviéndose al libre mercado.  

Sí. El libre mercado no es perfecto. Sí. El gobierno tiene un rol importante dentro del libre mercado. Y sí, hay mucho por hacer para atacar los de desigualdad, pobreza y exclusión social.  

Pero, no hay mejor sistema que defienda el derecho individual, unidad familiar y de oportunidad de salir de la pobreza como el libre mercado. 

Es como dijo un rabino: “La vida con Dios es difícil. Sin él sería imposible”. 

La vida con el libre mercado es difícil. Pero, sin él sería imposible. 

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