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Hay una relación directa entre la oferta y el poder de compra que posee el público al que le apuntan estos restaurantes suntuosos
Dice la literatura en económica que un precio solamente es aquello que finalmente está dispuesto a pagar alguien por un bien, producto o servicio. Y el límite lo marca la capacidad adquisitiva de cada comprador. Tal vez, es por eso que casi todos los platos más costosos del mundo se ofrecen en países desarrollados.
Hay una relación directa entre la oferta y el poder de compra que posee el público al que le apuntan estos restaurantes suntuosos. Hay que precisar que las preparaciones más caras cruzan la línea gastronómica y se entrelazan con la joyería, de otro modo no podría entenderse que una receta supere el millón de dólares. Sí, leyó bien, ¡hay un platillo que rebasa por mucho el millón de dólares! Eso al cambio de hoy se traduce de $4.150 millones colombianos.
Pero antes de decir qué ingredientes componen ese plato, en dónde lo venden y cuánto vale exactamente, hay unas menciones especiales y curiosas.
El top 10 de los platos más caros del mundo inicia con un lote de tres recetas que oscilan entre US$1.000 y US$2.000. En orden ascendente, el primero de ellos es la Zillion Dollar Frittata (US$1.000); una tortilla sin mucha diferencia con las demás, el toque mágico se lo da el abundante caviar que la corona y está incluida en el menú de Le Parker Meridien Hotel, Nueva York.
Le sigue el Kebab del Chef Andy Bates (US$1.200), cuya base es pan de oro comestible, yogur de menta y pepino con infusión de champaña. También incluye paletilla de cordero alimentado con leche y tomates Coeur de Boeuf, aunque es una ejecución más elaborada, su precio sube sustancialmente a causa del pan y la champaña.
Este bloque lo cierra el Sushi de Oriente (US$2.000), desarrollado por el chef filipino Angelito Araneta, quien utiliza oro comestible, diamantes y perlas para finalizar una preparación a base de salmón salvaje de Noruega, carne de cangrejo, mango, pepino, azafrán silvestre, vinagre balsámico de 12 años, azúcar moscovado, arroz japonés y mayonesa.
El segundo lote lo integran tres platos que se mueven entre US$4.000 y US$7.000 y la primera experiencia culinaria viene con la Pizza Royale (US$4.000), creada por el chef Domenico Crolla. Fue desarrollada para una subasta con fines benéficos y es la más cara de todas las pizzas disponibles globalmente. Tiene chispas de oro de 24 quilates, caviar, champaña, salmón ahumado, medallones de venado y langosta, todo marinado en coñac.
Después viene la sopa Anqi Pho (US$5.000), que no lleva ninguna joya o extracto de oro, es una receta tradicional vietnamita y el valor agregado se lo dan sus fideos elaborados con proteína de la extraña langosta azul. Además, lleva trufa blanca y soja.
Este trio lo complementa la Pink Bite, una hamburguesa de US$7.000, ideada en la Galería Lafayette, en el Dubai Mall. Los ingredientes incluyen carne Wagyu, balsámico de tomate rostizado de 25 años y la salsa especial del Jeque ‘ultimate burger sauce’, todo entre un pan brioche con sésamo y raíz de remolacha.
En el tercer grupo están tres postres entre US$14.500 y US$25.000; empezando con el Fortress Stilt Fisherman Indulgence (US$14.500), un tributo a una de las tradiciones más populares de Sri Lanka: la pesca. Está hecho con crema irlandesa, mango y granada, rodeado por pan de oro y regado con una salsa de champaña. La escultura de un pescador tallado en chocolate finaliza la receta.
The Frrozen Haute Chocolate (US$25.000) está un escalón más arriba y quedó registrado en el Libro Guinness de los Récords como el helado más caro del mundo. Incluye cinco gramos de oro comestible de 23 quilates y 28 clases de cacao procedentes de 14 países diferentes.
El Pastel de Cuatro Chocolates (US$25.000) cierra este grupo y, precisamente, está hecho con cuatro de los mejores cacaos belgas, melocotón, naranja, un toque de whisky, gelatina de champaña, caviar y, por supuesto, oro comestible. Está coronado por un diamante de dos quilates y para degustarlo hay que reservar con al menos tres semanas de anticipación.
El campeón de campeones en este ranking es otro postre: Fresas Arnaud, no tiene ningún ingrediente especial, contiene fresas frescas bañadas en salsa de vino porto, nata montada, helado de vainilla, menta y una botella de licor. El valor aumenta por su diamante de siete quilates a modo de ornamentación. El comensal pagó US$4 millones por él en Nueva Orleans, EE. UU.
Siete de los 10 platillos mencionados aquí se ofrecen en EE. UU. y Reino Unido; ambos miembros del G7, conformado por las siete economías que ponen más de 50% a la generación de riqueza mundial y concentran 65% del comercio internacional. Hace sentido que los restauranteros se arriesguen con cartas que, probablemente, en otras plazas no tendrían una masa crítica de clientes.
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