El Restaurante Galenos le apuesta a un menú repleto de colores, texturas y elegancia

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En el octavo piso de un edificio en Chapinero se encargaron de llevar los colores a otro nivel. Se trata de Galenos, un restaurante de cocina de autor, ubicado al norte de Bogotá, que presentó su nuevo menú de degustación de siete tiempos, en el que, por medio de los colores y la sostenibilidad, buscan ofrecer gastronomía única.

Este es un destacado restaurante a manteles, que a través de cavas, decoraciones en madera, cuadros a juego con el ambiente elegante, y grandes ventanales con vista al norte de Bogotá, cautiva a sus comensales en medio de una escena propia de la alta cocina.

Si desea inclinarse por el nuevo menú, la experiencia que va a vivir es completamente inmersiva de inicio a fin. Al punto que el primer momento de la experiencia gastronómica es una carta escrita por el chef Andrés Robayo en papel comestible, con la que le da la bienvenida a los comensales y les cuenta cómo el restaurante busca crear una sinergia entre la esencia de los ingredientes locales y sus matices dulces y salados.

El viaje inicia con un cóctel oaxaca, una creación exclusiva de gulupa y coco que abre los sentidos y anticipa la experiencia.

Luego, inicia la magia de los colores, partiendo de platos color marrón, para seguir con otros que van a juego con los tonos del arcoíris, y finalizar con uno color ocre.

La primera es una tartaleta Marrón, que consiste en una mezcla de champiñones y puerros confitados, que evoca la calidez de la tierra. Luego llega la langosta roja acompañada de dashi de frutos rojos y sigue el estacional violeta, un elegante wonton de calabaza y vainilla, escoltado por berenjenas y duraznos, en un matiz envolvente.

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Luego llegan los fuertes, con una pesca herbal blanca acompañada de espuma de coco y limonaria; pollo aligot amarillo con aligot de calabaza y papas nativas; y finalmente, el cordero verde encostrado en hierbas.

Y para el final, no puede faltar el postre. Una paleta ocre de maíz, entre lo dulce y lo salado, diseñada para evocar memorias.

Langosta con frambuesa para exaltar las tonalidades rojas

Langosta roja, acompañada de dashi de frutos rojos y cítricos de la región, en un homenaje vibrante al mar. Esta entrada, gracias a la mezcla de notas dulces, saladas y cítricas, lleva al paladar a una experiencia explosiva de sabor.

Pollo aligot amarillo, una mezcla de texturas en el paladar

Este plato fuerte contiene pollito en texturas, abrazado por un suave aligot de calabaza y papas nativas, lleno de luz y sabor. Se encuentra dentro de los fuertes y va bien si decide acompañarlo de un buen coctel para maridar.