Reforma tributaria pasa su primera valla, pero oposición amenaza con derribar integración

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Puntual, a las tres de la tarde de ayer, comenzó la sesión de la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados en la que el gobierno rendía examen: la votación de la idea de legislar de la reforma tributaria.

El ambiente era tenso. Como nunca, la instancia se abarrotó de prensa, asesores y curiosos. Todos expectantes al resultado que si bien se anticipaba favorable para el Ejecutivo, luego del acuerdo alcanzado con la Democracia Cristiana (DC) para respaldar la iniciativa el martes, todos sabían que podría no estar exenta de polémica.

Incluso, se rumoreaba con la posibilidad de que el diputado DC de la instancia, Pablo Lorenzini, rompiera lo convenido y se abstuviera de aprobar la idea de legislar. Finalmente, aquello no ocurrió y la idea de legislar contó con el apoyo de ocho votos (Patricio Melero, Gastón Von Mühlenbrock y Guillermo Ramírez de la UDI; Alejandro Santana, Carlos Kuschel y Leopoldo Pérez de RN; más Lorenzini y José Miguel Ortiz por la DC); y cinco en contra (Manuel Monsalve y Marcelo Schilling por el PS; el independiente Pepe Auth; el RD Giorgio Jackson; y el PC Daniel Núñez).

De esta manera, la propuesta superó su primera valla legislativa y se prepara para iniciar su debate en particular, la que se anticipa compleja para el Ejecutivo ya que podría volver a unir a la oposición en torno a rechazar los puntos principales de la iniciativa.

Y quizá aquello lo sabía el gobierno. Una vez consumada la aprobación en general de la reforma, las caras de los ministros de Hacienda, Felipe Larraín, y de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Gonzalo Blumel, eran de satisfacción pero a la vez mesura, considerando el largo trecho que aún le falta a la iniciativa.

Todos contra la integración
En su fundamentación, cada uno de los parlamentarios de la oposición advirtió al Ejecutivo que la idea de legislar era solo un primer paso para abrirse a discutir cambios al sistema impositivo y, de hecho, notificaron que en las actuales condiciones se rechazaría la integración del sistema impositivo, el corazón de la propuesta.

Auth abrió los fuegos al manifestar que no es “conveniente” para el país “realizar una nueva reforma tributaria antes siquiera que la reforma previa entrara completamente en vigor”.

Tras la sesión, fue más explícito y aseguró que si la DC cumple con votar en contra de la integración, podrían arreglarse las cosas con la falange: “Que los diputados de la Democracia Cristiana hayan señalado de forma expresa que van a votar contra la reintegración, hace mucho menos dramática la votación de hoy (ayer), porque la oposición puede reconstruirse en torno a lo que era fundamental, que es la reintegración. De ser así, la unidad de la oposición estará reconstruida”.

Luego fue el turno de Jackson, quien hizo una directa interpelación al ministro Larraín: “¿Está dispuesto el ministro de Hacienda a comprometerse a que si aprobamos las cosas de las Pyme, los beneficios al adulto mayor y las medidas pro crecimiento, pero no aprobamos la integración, a no poner un veto presidencial?”.

A su turno, Monsalve si bien reconoció el “diálogo” que se produjo con el Ejecutivo, afirmó que el “objetivo” del debate es la reintegración del sistema: “Cuando uno quiere un país justo, hay que estar disponible a dar algo, pero el gobierno no quiere ceder a una integración que abre la puerta al abuso y la desigualdad”.

Ortiz fue más duro y recalcó que “no he negociado nada para mi región” a cambio de aprobar la idea de legislar del proyecto e, incluso, manifestó estar disponible a renunciar a la presidencia de la comisión que le correspondería en 2020: “Yo voy a votar a favor de la idea de legislar, pero tengo claro que en las otras cosas lo voy a votar todo en contra”, afirmó.

Schilling, por su parte, coincidió con Monsalve y aseguró que el “gran tema” es la reintegración del sistema, advirtiéndole a Larraín que durante el debate en particular comienza una “travesía por el desierto en el que se pueden encontrar con despeñaderos, serpientes y peligros”.

Lorenzini se alinéo con su par DC y señaló estar disponible a rechazar la integración del sistema impositivo, pero con matices: “No hay votos para la integración ni para las repatriaciones de capitales, y sobre el resto veamos cómo lo mejoramos. Esto no debe ser Piñera versus Bachelet, no puede ser blanco o negro, esto no puede ser que gana el gobierno o la oposición, no hay que politizar estos temas”, dijo.

Núñez, en tanto, hizo una fuerte defensa de la reforma tributaria del gobierno anterior, asegurando que fue “progresista y logró conquistas sociales, como la gratuidad. La actual reforma tributaria es una contrarreforma que Chile no necesita”.

Lo que se viene
Ahora, se abre la etapa para el diseño de las indicaciones al proyecto. Si bien el diputado Núñez solicitó al gobierno celeridad en la tramitación en particular, lo cierto es que aquello podría tomar algunos días. Esto porque el ministro Larraín se encontrará la próxima semana de viaje en Nueva York y Washington por el ChileDay y los encuentros del FMI y el Banco Mundial.

Así, mientras el Ejecutivo diseña las indicaciones, hay una posibilidad de que la tramitación de la iniciativa se retome recién la semana del 21 de abril. La del 28 es distrital, por lo que algunos cálculos dentro del gobierno apuntan a que las indicaciones podrían presentarse recién en mayo.

“Estamos convencidos de que este es un proyecto bueno para el país y estamos disponibles para continuar en un diálogo con la oposición y estamos conscientes que estamos partiendo un proceso de discusión en particular que no va a ser inmediato, que no va a tomar una semana o dos, va a tomar más tiempo”, aseguró Larraín tras la sesión.