Egipto extiende el mandato del presidente del Banco Central, Abdalla, por cuarto año

Egipto extendió el liderazgo de Hassan Abdalla al frente del banco central por un cuarto año, enviando una señal de continuidad a los inversores extranjeros de renta fija mientras la nación del norte de África emerge de su peor crisis monetaria en décadas.

La reelección de Abdalla por parte del presidente Abdel-Fattah El-Sisi se anunció en el Boletín Oficial el lunes. El hombre de 65 años asumió el cargo de gobernador interino en agosto de 2022 y su mandato se ha renovado anualmente, en lugar de un mandato completo de cuatro años.

El reinado de Abdalla ha abarcado una época tumultuosa para la economía egipcia, incluyendo varias devaluaciones de la libra y la obtención de un préstamo ampliado del Fondo Monetario Internacional, clave para un rescate global de US$57.000 millones. Su permanencia en el poder sugiere que no se ha aflojado el ritmo de las políticas que finalmente han atraído el capital extranjero y que han contado con un amplio apoyo del sector empresarial.

Su prioridad ahora será acumular reservas adicionales de divisas y abordar los riesgos para el déficit por cuenta corriente de Egipto derivados de crisis económicas que van desde la caída de los ingresos del Canal de Suez causada por los ataques hutíes a la navegación en el Mar Rojo hasta el aumento de las importaciones de energía para la mayor población de Oriente Medio. También se espera la reanudación de los recortes de tipos de interés, lo que impulsaría a los inversores y las industrias locales.

Abdalla, quien anteriormente ocupó altos cargos en el Banco Árabe Africano Internacional, también se beneficia de la apreciación de la libra egipcia, que se cotiza a su nivel más alto en aproximadamente diez meses. Esto refleja una combinación de alivio de las presiones financieras y un dólar estadounidense debilitado, así como una mayor confianza en la política cambiaria del país.

Las autoridades permitieron que la libra se depreciara aproximadamente un 40% en marzo de 2024 y prometieron que reflejaría con mayor precisión las fuerzas del mercado, una exigencia histórica del FMI. Esto marcó un cambio de rumbo respecto a las políticas del predecesor de Abdalla, Tarek Amer, quien apoyó la moneda y dimitió en agosto de 2022 tras unos siete años como gobernador.

Los depósitos en moneda fuerte cayeron en mayo, en una probable señal de desdolarización, lo que sugiere que los egipcios se sienten más cómodos manteniendo la libra después de varios años de turbulencias en los que los billetes extranjeros eran muy apreciados.

Una combinación de devaluación y altas tasas de interés ha impulsado a los inversores de cartera a volver al mercado de deuda de Egipto con miles de millones de dólares, restaurando su estatus como favorito de los mercados emergentes.

Mientras tanto, las reservas internacionales netas de Egipto —impulsadas el año pasado por un gigantesco acuerdo de inversión con los Emiratos Árabes Unidos— alcanzaron un nivel récord de 49.000 millones de dólares en julio.

Controlar la inflación, que alcanzó un máximo del 38% en septiembre de 2023, sigue siendo un desafío. Si bien la cifra general se ha reducido aproximadamente a la mitad desde entonces, factores como la implementación de recortes a los subsidios estatales respaldados por el FMI han mantenido el crecimiento de los precios en cifras de dos dígitos.

De todas formas, es probable que el director del banco central tenga margen para reanudar un ciclo de flexibilización monetaria en los primeros meses de su nuevo mandato. Este año, emprendió la primera flexibilización monetaria en Egipto desde 2020, recortando los tipos de interés en un total de 325 puntos básicos antes de mantenerse firme en julio.

Reducir el tipo de interés ayudaría a uno de los países más endeudados del Medio Oriente a recortar los pagos de intereses que consumen una gran parte de los ingresos estatales.