Desastres naturales de 2011 costaron US$360.000 millones

Las cifras las dio a conocer hoy el jefe de la Oficinal Regional de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, Ricardo Mena, en el marco de la Cumbre Ciudades y Cambio Climático que se realiza en Bogotá.

Durante el 2011 los desastres naturales en todo el mundo costaron cerca de 360 mil millones de dólares. Aunque se reconoce mundialmente que la prevención es menos costosa, los países siguen invirtiendo más en atender las emergencias.

Según Mena, en las últimas dos décadas el impacto económico de los desastres naturales ha ido en aumento, y un nuevo récord se alcanzó en el 2011, año en el cual los japoneses sufrieron los embates de un terremoto y tsunami para los cuales no estaban preparados.

Durante ese mismo año en Colombia se vivió el remanente de un fenómeno de ‘La Niña’ que le costó al Estado 11,2 billones de pesos. Esto, sumado a la situación precaria en la que quedaron 3,4 millones de damnificados.

El problema, sostiene Mena, es que cada vez hay más gente habitando las zonas expuestas a desastres naturales. En Colombia el fenómeno es bien conocido, porque existen poblaciones enteras en zonas de humedales propensas a inundaciones o en montañas que pueden venirse abajo de un momento a otro.

Lo que se propone desde las Naciones Unidas es que los países inviertan al menos el 10 por ciento de lo que gastan en respuesta de emergencias y ayuda humanitaria a prevención de desastres, y que un 1 por ciento del presupuesto para desarrollo se deje exclusivo para ejecutar acciones que reduzcan el riesgo y la vulnerabilidad del país frente a estos desastres.

Dejar una tajada del presupuesto para reducir el riesgo es una de las diez recetas que Mena tiene para los países que buscan fortalecerse ante los desastres naturales, que cada vez son y serán más frecuentes por efecto del cambio climático. (Ver recuadro con las diez recetas)

El riesgo en todo

Para el experto en gestión del riesgo Gustavo Wilches, todo el presupuesto nacional debería invertirse en adaptación al cambio climático, entendiendo que todo lo que se hace en desarrollo debe tener en cuenta el componente de gestión del riesgo.

“Uno de los problemas que tenemos es que creemos que los recursos de gestión del riesgo son como el airbag del carro, es decir una bolsa para soportar los choques, pero el presupuesto normal lo invertimos en aguardiente para el chofer”, ejemplificó Wilches.

Según el experto, tanto en Colombia como en el mundo se ha mejorado en el rescate de náufragos pero no en evitar los naufragios, por eso cada día hay más condiciones que facilitan la ocurrencia de estos desastres.

Tanto Wilches como Mena sostienen que una de las claves está en la educación. Sin embargo, para el primero se debe hablar de una educación integral, donde se aborde el componente ambiental, pero también el social, cultura y de género para forman seres humanos conscientes de su entorno.