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HACIENDA

“Veo un crecimiento del PIB en el segundo semestre mejor que en el primer semestre”

martes, 17 de octubre de 2017

Entrevista con el codirector del Banco de la República, Juan Pablo Zárate

Jhon Guzmán Pinilla

Juan Pablo Zárate, codirector del Banco de la República, es el miembro más antiguo de la actual Junta del Emisor, en donde ha estado desde 2009. En la entidad ha vivido diferentes procesos como parte de la crisis económica mundial de 2008-2009, el choque del petróleo a las finanzas del país y algunos altibajos en el ámbito nacional.

En entrevista con LR, Zárate habló sobre el panorama económico actual, haciendo énfasis en la tasa de interés, el crecimiento, la inflación, cifras de comercio y la necesidad de una reforma pensional. En este último punto, el codirector afirmó que “es necesaria una reforma en la cual se moderen o se eliminen los subsidios pensionales a las personas más ricas”.

¿Cómo ve el panorama económico en lo corrido de 2017?

En el frente doméstico yo destacaría que este es el último año de ajuste macroeconómico ante los grandes choques que tuvimos en términos de intercambio en 2014 y 2015. Yo creo que la política que siguió Colombia fue la de un ajuste gradual y eso ha sido exitoso en términos comparativos con otros productores de bienes básicos. Este ajuste implica que la demanda interna tenía que mostrar un crecimiento bajo, porque en la medida en que se cayeron los ingresos externos solo la moderación en la demanda interna evita un crecimiento explosivo en el déficit de la cuenta corriente.

Este ajuste ha venido pasando, pasó en 2015, más fuerte en 2016, y 2017 también es un año de ajuste. Por eso en ninguna proyección razonable que yo haya visto, ni en la del Banco, ni en ninguna otra, había mucho optimismo sobre este año.

En el frente externo hemos estado ante una normalización de la política monetaria de la Reserva Federal más o menos ordenada y de acuerdo con lo esperado por el mercado, lo que ha permitido un buen financiamiento externo. Igualmente, se ha presentado una recuperación gradual de la economía mundial.

Desde el punto de vista del crecimiento doméstico, uno puede dividir los factores que tiene la demanda de la economía en tres partes: uno es la demanda interna privada, otro es la demanda interna pública y otro es la demanda externa. Entonces, ¿el escenario que describí antes, que permitía prever para esos componentes? En términos de la demanda interna privada el ajuste al que me referí indicaba que iba a tener un bajo crecimiento. Adicionalmente, la evolución de la confianza del sector privado y el impacto de la reforma tributaria en el consumo reforzaban esta percepción.

En la demanda interna pública, el ciclo político regional permitía mayor optimismo. El segundo año de las administraciones locales presenta usualmente altos crecimientos en el consumo y la inversión. Adicionalmente, el programa de concesiones de cuarta generación (4G), que es parte de las decisiones de política fiscal, también tiene un efecto positivo en la demanda. Entonces esos dos factores hacían que fuera más optimista sobre la demanda pública que sobre la privada.

Y en el caso de la demanda externa lo que teníamos previsto era un comportamiento mejor de nuestros socios comerciales, que también permitían un mejor panorama.

Sin embargo, la demanda interna privada es la mayor parte del PIB, por eso siempre las proyecciones de crecimiento fueron moderadas.

¿Cómo vio el primer semestre y el segundo semestre de 2017?

Yo creo que, en el primer semestre, dos de los factores que le dije se cumplieron, hubo una demanda interna baja, incluso más baja de lo que esperábamos, y una demanda pública que se comportó con cifras razonablemente altas. ¿Qué nos sorprendió por no haber funcionado aún? La demanda externa no generó un crecimiento muy dinámico de las exportaciones. Las exportaciones en dólares mejoraron por precios, no por cantidades.

¿Qué esperamos en el segundo semestre?

Yo veo que la demanda interna privada puede rebotar un poco, no una aceleración muy grande, pero sí más de lo que se tuvo en el primer semestre. La demanda interna pública va a seguir bien como en el primer semestre y en la demanda externa, yo creo que los datos de exportaciones del último trimestre, ya muestran que las cantidades empiezan a responder. Yo veo un crecimiento del PIB en el segundo semestre mejor que en el primer semestre, no un crecimiento excesivo, ni que esté por encima del crecimiento potencial, pero sí mejor que en el primer semestre.

LOS CONTRASTES

  • Carlos SepúlvedaDecano Economía U. Rosario

    “El sistema pensional ha generado inequidad entre los beneficiados. Se debe definir un solo régimen, si privado o público”.

¿Tiene alguna proyección de crecimiento?

Me parece razonable la proyección del equipo técnico del Banco, que es 1,6% en el año. Para que sea esa cifra en 2017, ya que en el primer semestre fue 1,2%, en el segundo semestre tendría que ser 2%.

¿Hasta el primer semestre el crecimiento lo impulsó el agro y establecimiento financiero cómo ve este panorama y cómo ve los otros sectores? ¿Nos tenemos que desprender del sector minero energético?

Cuando se tienen ajustes ordenados como los de la economía colombiana, lo que pasa usualmente es que los sectores más transables tienden a ser los líderes del ajuste, respondiendo a la depreciación en el tipo de cambio. Sin embargo, la débil economía mundial no ha permitido que este comportamiento sea generalizado. Hay sectores que han venido ganando importancia estructuralmente y aportando al crecimiento, como el sector financiero y hay un sector con una política pública específica, que es el de obras civiles, que está atado al programa de concesiones de cuarta generación (4G) y está teniendo un buen crecimiento.

Yo creo que para el futuro es importante tener una oferta variada de sectores transables, una de las buenas noticias es el crecimiento de las exportaciones de servicios, básicamente turismo. Dentro de los transables a la agricultura le ha ido bien, y esperaría que con el ajuste cambiario en algún momento la industria repunte, pero claramente existe un debate al respecto.

¿Cuál es ese debate en torno a la industria?

El debate se centra en los motivos del bajo crecimiento industrial. Yo creo que por lo menos parte de la respuesta tiene que ver con la economía mundial. Cuando uno ve a la industria en el ámbito mundial, constata que no han sido buenos años. La demanda de bienes durables no fue muy buena. Sin embargo, esto está cambiando y el comercio mundial de bienes se está recuperando, lo que puede ser un factor para el rebote de la industria en Colombia. Igualmente persiste un debate sobre la agenda de política interna que se debe hacer para mejorar la competitividad del sector.

La confianza industrial y del consumidor no tienen las mejores cifras, ¿hay algo que se pueda hacer para recuperar este panorama?

La respuesta tiene dos partes, una de corto plazo y otra de mediano plazo. En el corto plazo lo que se ha hecho es pasar de una política monetaria contraccionista a una política monetaria neutral por medio de la caída de la tasa de interés. En el mediano plazo, en el caso de la industria, la respuesta tiene que ver con la evolución del comercio mundial y la competitividad de la que hablaba en la respuesta anterior.

¿Cómo ven el panorama económico regional?

El choque dominante en la economía colombiana fue el ajuste de los precios del petróleo y lo que eso representó en la depreciación del tipo de cambio. Entonces las regiones que estaban muy cercanas a la producción minero energética, como Bucaramanga, como Villavicencio o Neiva, se ven con un crecimiento menor que hace unos años.

Las regiones que son más beneficiadas con un tipo de cambio alto les va mejor, como la costa Atlántica, el Valle del Cauca. Bogotá es poco transable, no se beneficia con las devaluaciones y está muy ligada al boom minero energético, entonces también se ve lenta.

Un segundo efecto que ha sido importante son las remesas. Estas han mejorado en dólares, y con el tipo de cambio más alto, aún más en pesos. Esto afecta positivamente el Eje Cafetero y algo al Valle del Cauca.

Un tercer factor tiene que ver con los ingresos cafeteros. El empleo rural ha mejorado en las zonas cafeteras.

¿Cómo ve el panorama de la inflación que ya está en el rango meta del Banco? ¿Esto se puede sostener al finalizar 2017?

En términos de inflación, la economía colombiana tuvo muchos choques, unos que tuvieron que ver con el ajuste macroeconómico a la caída de los precios del petróleo y que afectaron la inflación, y otros choques más relacionados con el precio de los alimentos. Yo creo que estos dos choques fueron transitorios.

En la medida que esos choques se van diluyendo y que la economía muestra excesos de capacidad instalada, las presiones de los precios comienzan a ceder. La única presión alcista que yo veo es la de la inercia inflacionaria, por haber tenidos inflaciones altas en el pasado.

¿La cifra de inflación se mantiene alrededor de 4% según usted?

El último dato fue bueno, mostró una inflación mensual baja. En octubre y noviembre lo más probable es que la inflación anual siga subiendo como efecto de las bajas bases de comparación registradas el año pasado. En diciembre debe bajar. Al final del año vamos a estar cerca de 4%.

¿En 2018 qué panorama ve para la inflación?

Yo veo tres factores que acercan la inflación a la meta: el primero es que la inflación de este año será menor que la de 2016, por lo que el componente de inercia será menos importante en 2018; el segundo, es que no tenemos el efecto en precios de la reforma tributaria que si tuvimos este año; y el tercero y más importante, que el crecimiento moderado de la demanda agregada ha generado lo que llamamos una brecha del producto negativa, eso lleva a que los ajustes en precios sean moderados y que la inflación se vaya acercando 3%.

¿Qué prefiere inflación baja o crecimiento alto?

Yo creo que lo primero que hay que hacer es que las expectativas de la gente y la credibilidad de la política haga que todos los consumidores, los productores y en general toda la población crean que en un plazo razonable vamos a llegar a la meta de inflación del Banco. ¿Por qué? Porque si todo el mundo aumenta sus expectativas de inflación, podemos quedar con más inflación e igual de mal en términos de crecimiento. Esa fue nuestra prioridad en 2015 y 2016 y creo que lo logramos. Fíjese que, a pesar de que la inflación fue 9% en un momento de 2016, la gente nunca pensó que la inflación iba a estar en ese nivel toda la vida, si no que iba volver a bajar a niveles cercanos a las metas del Banco.

Una vez que se anclan las expectativas, las disyuntivas de corto plazo entre inflación y crecimiento son más relevantes. Lo que hace el Banco es ponderar las dos cosas a la hora de tomar decisiones de política monetaria.

¿Cree que el nivel de las tasas es alto en estos momentos?

En el pasado reciente tuvimos una política contraccionista, en parte para anclar las expectativas y proyecciones de inflación. Afortunadamente, la inflación, su proyección y expectativas han mostrado una tendencia decreciente.

Del lado del producto se fueron generando excesos de capacidad instalada. Ambos argumentos indicaron que no era necesario mantener esa política monetaria contraccionista. Desde diciembre pasado lo que hemos hecho es pasar a una política monetaria neutral, que ni le suma ni le resta a la demanda agregada.

¿Qué se ha discutido en las juntas?

Bajo qué condiciones sería razonable pasar de un nivel neutral a un nivel expansivo en la política monetaria.

¿Es posible reducir la tasa una o dos veces más?

Una de las ventajas del esquema de inflación objetivo es que nosotros vamos incorporando la nueva información en la toma de decisiones. De acuerdo con este esquema, la nueva información ira determinando si debemos pasar a una política monetaria expansionista.

Las discusiones del salario mínimo ya comenzaron, los sindicatos propusieron 12% de incremento, los gremios todavía no dicen una cifra. Pero, ¿entre qué rango sería lo saludable para el incremento del salario mínimo de 2018?

Yo creo que como Banco nuestra función es decir qué estamos viendo en la inflación y cuál es nuestra meta de inflación, que debe ser una de las bases de la negociación. Lo que diría al respecto es que la inflación en este año va a ser menor que en la de 2016, sobre todo para los ingresos bajos, y que la inflación del próximo año se encaminara a la meta de mediano plazo del Banco.

El tema de las pensiones y de la reforma que se debería hacer ha vuelto a sonar, ¿cómo ve usted una reforma en este sentido y si es muy urgente hacerla?

Yo estoy de acuerdo con los aspectos que se han destacado sobre del sistema pensional colombiano. El sistema es inequitativo en varias dimensiones. Por una parte, es una transferencia de riqueza de gente que tiene que pagar impuestos, que es todo el mundo, a gente que tiene derecho a la pensión, que es la gente más rica de la sociedad. Por otra parte es inequitativo intergeneracionalmente porque las nuevas generaciones tienen que pagar los subsidios que establecieron para sí las generaciones anteriores.

En ese sentido creo que es necesaria una reforma en la cual se moderen o se eliminen los subsidios pensionales a las personas más ricas. Bajar los subsidios quiere decir subir los ingresos en la etapa de ahorro o bajar la estructura de pagos en el momento en el que la gente esté devengando la pensión. Hay muchas formas de hacer esto, una es los sistemas de capitalización. Si se quieren conservar los sistemas paramétricos, como Colpensiones, pues toca hacer cambios en los parámetros, que son tasas de cotización, tasas de reemplazo, edad de pensión, no hay otra forma de eliminar los subsidios.

Yo creo que el objetivo tiene que ser eliminar los subsidios para poder reducir el impacto fiscal de las pensiones y para usar parte de los recursos para focalizarlos en la gente que lo necesita, que son aquellos que no pueden completar los requisitos de pensión.

Sin embargo, uno no se puede hacer ilusiones en que eso tenga efectos en las cuentas fiscales de corto plazo, porque las personas que hoy están pensionadas hay que respetarles ese derecho, incluso aquellas que están cerca de la pensión. Entonces es una reforma importante pero los efectos en el flujo de caja del gobierno se van a ver en el largo plazo.

En una nota que publicamos decíamos que el Banco de la República estaba haciendo unos cambios internos con la gerencia de investigaciones económicas, ¿nos puede contar algo sobre esto?

Se tomó la decisión de separar administrativamente los temas de investigaciones del tema de análisis de datos y del análisis de coyuntura. La subgerencia de Estudios Económicos la dividimos en dos: en una subgerencia denominada Política Monetaria e Información Económica tenemos todo el manejo de la información y el análisis de coyuntura, y en la otra, denominada Estudios Económicos, tenemos el manejo de la investigación.

¿Cómo ha visto la entrada de las criptomonedas?

En ese tema creo que hay que diferenciar el ingreso de nuevas tecnologías a los sistemas transaccionales, de los activos específicos (criptomonedas) que utilizan estas nuevas tecnologías para su funcionamiento. Las nuevas tecnologías representan grandes oportunidades para el mejoramiento de los sistemas transaccionales. Los activos específicos pueden combinar aspectos positivos para la transaccionalidad y para la diversificación de portafolio, pero tienen riesgos de mercado importantes. Igualmente, diferenciar entre la calidad y confiabilidad entre multitud de reglas de emisión es un reto para los consumidores de productos financieros.

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