Superservicios detectó riesgos administrativos y financieros en la EAB

Superservicios evaluó el impacto que ha generado a la empresa la prestación directa de servicios que realizaban gestores privados, entre ellos la gestión comercial y la prestación del servicio de aseo; la desaceleración de inversiones; la entrega del 80% de sus utilidades al distrito; la implementación del denominado mínimo vital, entre otros aspectos. 

El informe del ente de control señala que la EAB muestra tendencia al desmejoramiento de sus resultados financieros, razón por la cual se emite la alerta al prestador. 

Aseo

En el tema de aseo, la evaluación se basó en más de 17 visitas de inspección y en información recopilada desde el año 2013, cuando la empresa asumió gran parte de la prestación de este servicio para la ciudad de Bogotá. 

En los años 2013 y 2014 no se registraron erogaciones en gastos de personal, situación inconsistente con el hecho de prestar el servicio. Reducción en 2014 de los ingresos (12%), con relación al 2013. Provisión de $32.000 millones en 2014 sin explicación en notas a los estados financieros. 

Además el informe muestra un incremento del 50% en el porcentaje de peticiones, quejas y reclamos en Bogotá desde el momento de tomar la prestación del servicio de aseo. A junio de 2015, el 91% de las reclamaciones por calidad se presentaron en el área de prestación de la EAB siendo este responsable del 79% de los usuarios del Distrito. 

Reducción del 46% en la facturación para el bimestre de julio y agosto de 2015, momento en que la EAB asume la gestión de facturar a sus usuarios, en relación con el periodo mayo - junio. Pasó de 105,4 mil millones a 56,8 mil millones de pesos. 

Otro anomalía que muestra el informe es que no se evidencia el traslado al Fondo de Solidaridad y Redistribución de Ingresos, desde el año 2012, de más de 31 mil millones de pesos de superávit obtenido al realizar balance entre las contribuciones de los estratos 5 y 6 y los subsidios que aplican a los estratos 1, 2 y 3. 

Falta de reporte y deficiencia en la información suministrada a la superintendencia para realizar seguimiento a la prestación del servicio. 
Inconsistencia entre el número de usuarios atendidos y los reportados en el Sistema Único de Información que administra la superintendencia. 

Igualmente, la superintendencia indica en su informe que la reducción de cerca del 30% en promedio en las tarifas de aseo aplicadas por la EAB se debió a un requerimiento de la entidad al detectar una indebida aplicación de la metodología tarifaria, y no a políticas de disminución en el costo del servicio relacionadas con aprovechamiento de residuos ni a una prestación más eficiente. 

Acueducto 

El servicio de acueducto registra adecuados indicadores de calidad y continuidad. El llamado de la superintendencia está orientado a reforzar la capacidad de los sistemas de potabilización del agua, que pueden verse limitados ante el crecimiento de la población y las condiciones de calidad de agua de las fuentes de agua que abastecen a la ciudad. 

En cuanto al tema financiero, la evaluación de la superintendencia a la EAB indica que la empresa no se encuentra en riesgo de inviabilidad financiera; pero alerta sobre el margen operativo de la EAB porque ha disminuido en los últimos años como consecuencia de un mayor crecimiento en los egresos. 

Así mismo, los gastos operacionales de 2014, por valor de 34.636 millones de pesos, representan un incremento del 1.065% en relación con el 2013, cuando se reportaron 2.973 millones de pesos. 

La prestación y facturación del servicio de aseo no han sido rentables para la EAB. Para el 2014, la empresa obtuvo una pérdida neta de $37.201 millones, equivalentes al 26% de los ingresos operacionales, así mismo su margen operacional fue negativo (27%) equivalente a $38.821 millones. 

Otro factor que encontró Superservicios fue que la cartera de servicios públicos pasó de $242.244 millones a diciembre de 2011 a $454.182 millones a junio de 2015, un crecimiento del 87%. 

El programa Mínimo Vital instaurado debería ser "reconocido por la Administración Distrital", lo que no ocurre en la realidad, toda vez que el programa de Mínimo Vital se apalanca parcialmente en el Fondo Solidaridad y Redistribución de Ingresos (FSRI), lo que quiere decir que también lo pagan los estratos contribuyentes (estratos residenciales 5 y 6 y Comercial e Industrial). 

Si el Distrito lo hubiera asumido le habría costado $391.037 millones a septiembre de 2015. En la realidad ha girado $215.424,4 millones a la misma fecha, y el saldo, $175.612,6 millones, han sido pagados por los estratos antes mencionados. 

La evaluación realizada a la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá fue entregada a sus directivos con el fin de establecer acciones correctivas frente a las alertas identificadas y asegurar un sano futuro empresarial y de prestación de servicios. La superintendencia hará seguimiento permanente a los resultados.