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Las ciudades que tienen mayor proporción de informalidad son Sincelejo, con 68,8%; Valledupar, con 64,7%; Cúcuta, con 62,7%; y Montería, con 62%
La informalidad sigue siendo uno de los principales dolores de cabeza para el gobierno de Gustavo Petro. Aunque no ha repuntado, tampoco ha disminuido al ritmo en que lo han hecho las cifras de desempleo, especialmente en los últimos meses.
De acuerdo con los datos del mercado laboral presentados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, con corte a octubre, de los 24,37 millones de personas que conformaban la población ocupada en el país, 13,66 millones se encontraban en la informalidad.
Y aunque al comparar la población ocupada de este octubre con la del mismo mes del año pasado se observa un aumento cercano a un millón de personas (977.000), gran parte de ese incremento se explica por el crecimiento del trabajo informal, que en la comparación interanual sumó 732.000 personas.
En cuanto a las ciudades, durante el trimestre agosto-octubre las que registraron las mayores tasas de informalidad fueron Sincelejo (68,8%), Valledupar (64,7%), Cúcuta (62,7%), Montería (62%) y Riohacha (60,9%).
A estas ciudades les sigue Quibdó, con una tasa de informalidad de 59,2%, además de ser la que más aumentó en este indicador frente al trimestre agosto-octubre de 2024, cuando se ubicaba en 50,7%.
El listado continúa con Santa Marta (57,4%), Popayán (57,2%), Pasto (57,1%), Barranquilla (54,9%), Florencia (53,4%), Villavicencio (52,9%), Neiva (51,7%), Bucaramanga (49%), Cartagena (48,3%), Ibagué (48%) y Cali (46,3%).
Por su parte, las ciudades con menores tasas de informalidad en el trimestre analizado fueron Bogotá (34,8%), Manizales (36,2%), Tunja (39,4%), Medellín (39,6%), Pereira (40,5%) y Armenia (42,7%).
Asimismo, las ciudades que registraron una disminución frente al mismo periodo del año pasado fueron Santa Marta, con una caída de 2,8 puntos porcentuales (60,2% en 2024); Cúcuta, con una reducción de 2,3 puntos porcentuales (65,1% en 2024); e Ibagué, con una disminución de 2,0 puntos porcentuales (49,9% el año pasado).
“La informalidad la recibimos en 58%, ahora está en 55%. La tasa de desempleo la recibimos por encima de 12%, está en 8,2%. El crecimiento económico está en 2,8%”.
En cuanto a las ramas de actividad económica con mayor proporción de ocupación informal, se destaca la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, con una tasa de 86% entre agosto y octubre de este año, inferior a 87,3% registrado en el mismo periodo del año pasado.
Le siguen alojamiento y servicios de comida (75,5%) y actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otros servicios (73,2%), las cuales han aumentado en comparación con el año pasado, cuando registraron 74,3% y 73,2%, respectivamente. En contraste, mucho más abajo se encuentran las actividades inmobiliarias con 16,6%, administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana con 11,4%, y actividades financieras y de seguros con 10,7%, frente a 13,1% registrado el año pasado.
Hace unas semanas Anif había alertado sobre las cifras de informalidad y como esa “intermitencia” podría tener consecuencias sobre la acumulación de semanas cotizadas.
Desde el centro de pensamiento explicaron que “la formalidad tiene un rostro temporal”, pues la tendencia muestra una disminución de los cotizantes activos, trabajadores que han aportado al menos en los últimos seis meses a un fondo de pensiones, mientras aumentan los cotizantes inactivos, es decir, quienes no han realizado aportes en ese mismo periodo.
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