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Analistas 25/10/2019

La Ley de Financiamiento

Roberto Junguito
Exministro

Parece paradójico, pero a pesar de la declaratoria de inexequibilidad de la Ley de Financiamiento por parte de la Corte Constitucional, con el argumento de la existencia de vicios de trámite en su aprobación al no haberse publicado oportunamente en el Diario Oficial el articulado aprobado en la Plenaria del Senado antes de ser discutido en la Cámara de Representantes, la realidad es que esta siguió viva, dado que su vigencia, según la expresado por la Corte, solo expirará a finales del 2019. Ello permitió al ministro de Hacienda presentar de nuevo al Congreso el proyecto que ya había sido aprobado y se espera que el Congreso lo apruebe formalmente con todos los perendengues jurídicos antes de finalizar su periodo de sesiones a finales del 2019. De ser este el caso, como se espera que lo sea, la Ley de Financiamiento continuará rigiendo y operando en los años venideros.

Una experiencia similar se vivió, cabe recordar, a inicios de la Administración Betancur en 1982, cuando el gobierno, en cabeza del entonces ministro de Hacienda, Édgar Gutiérrez Castro, presentó una reforma fiscal en el marco de una Emergencia Económica que tumbó, en ese entonces, el organismo judicial competente argumentando que ya no se podía legislar en materia impositiva por medio de una Emergencia Económica, como si lo había podido hacer en años anteriores la Administración López Michelsen cuando se aprobó, por dicho medio, la famosa reforma tributaria estructural de 1974, quizás la más importante del siglo XX.

El gobierno del Presidente Betancur procedió, como lo están haciendo ahora el Presidente Duque y su ministro de Hacienda, a presentar al Congreso el mismo proyecto declarado inexequible y logró su aprobación inmediatamente en esa misma legislatura. Las circunstancias políticas en ese entonces eran similares a las de ahora, en el sentido que el gobierno no tenía mayorías en el Congreso. No obstante ello, los legisladores de esa época, como seguramente ocurrirá con los actuales, advirtieron la importancia de la estabilidad fiscal y aprobaron de inmediato el proyecto.

Así las cosas, y no obstante la declaratoria de inexequibilidad de la Ley de Financiamiento, la realidad es el gobierno Duque, al continuar la vigencia de la ley hasta fines de este año, estará en capacidad de cumplir adecuadamente con sus compromisos fiscales del 2019 y que, con el respaldo del Congreso mediante la aprobación del proyecto con mensaje de urgencia, estará también en posición de enfrentar los retos fiscales del 2020.

Lo importante es que un impasse como el ocurrido no tenga repercusiones adversas en el proceso de reactivación de la inversión y de crecimiento de la economía que se viene presentando, como bien lo advirtieron, en su momento, el ministro de Hacienda, los centros de investigación como Fedesarrollo y los gremios de la producción. No hay duda que ahora lo más esencial es que el Congreso, la Corte Constitucional y la opinión pública, en general, reconozcan la importancia de aprobar las reformas estructurales que necesita el país y que todo lo sucedido con la Ley de Financiamiento no vaya a retrasar de otras reformas como la pensional o de protección a la vejez como la denomina el gobierno y la reforma laboral que ha anunciado la Administración Duque y que son esenciales para el país. Ojalá se aprueben las reformas que necesita Colombia.

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