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Si la pobreza bajo en 51% en la última década, si ocupa el puesto 56 en el ranking mundial de competitividad, si en el año 2000 la expectativa de vida era 72 años y en 2.019 era de 77,2*, si desde 1.980 es el segundo país con mayor crecimiento de ingreso per cápita en dólares de América Latina, si tuvo la inversión sobre el PIB más alta de Latinoamérica y el crecimiento de este año 2021 se estima en 5,9% frente al global que se estima en 5,6 %**,es claro que los colombianos venían haciendo bien la tarea hasta el golpe del covid-19.
Para el mundo entero la situación de la pandemia no deja de ser una tragedia sin precedentes donde todos países y sociedades hicieron esfuerzos para salvaguardar la salud y la economía más allá de lo imaginado y lo predecible. En esa lógica el caso de Colombia no deja de llamar la atención pues mientras en el mundo la prioridad es prevenir muertes, salvar la vidas y ayudar a la economía y al empleo, la agenda de algunos politiqueros populistas hacen lo contrario; oponerse a la libre circulación de alimentos, vacunas, medicinas, enfermos y a la destrucción del empleo y la infraestructura a través de la convocatoria de cientos de personas de forma irracional a las concentraciones para hacer los bloqueos, protestas y paros.
Estas son algunas de las consecuencias: el 82% de personas han sido afectadas por el incremento de los costos de los alimentos y el 52% de quienes han disminuidos sus ingresos**, el 50% no se sienten representados por el comité del paro, el 68% rechaza los bloqueos como forma de protesta, el 61% está de acuerdo con la militarización en las ciudades, el 66% que el ESMAD intervenga en defensa, el 79% que las sanciones contra el vandalismo se deben endurecer y el 53% de los encuestados creen que las manifestaciones están organizadas por los políticos*
En las lecciones aprendidas queda la importancia de ilustrar a los jóvenes sobre lo que significa crecimiento económico, que desarrollo y bienestar son el resultado del trabajo y del esfuerzo, que es diferente riqueza a fabricar billetes, que solo las empresa crean riqueza, que el gobierno es quien distribuye los ingresos que recibe de las personas y las empresas que pagan impuestos, que la protesta es buena pero con propuestas e ideas, como lo hicieron los los 10.600 estudiantes de las universidades con el liderazgo de ASCUN en la Conversación más grande de Colombia, o los gremios con sus iniciativas que , o los empleados públicos con sus inmensos esfuerzos por vacunar y salvar vidas como el sector salud.
Para el gobierno las acciones sugeridas para convertir esta crisis en oportunidad son: 1. Foco en los temas estructurales como oportunidad al acceso a la educación (matrícula 0 limitada no universal), Renta básica (monto y cobertura), Apoyo y promoción pequeñas y medianos emprendimientos y empresas (desde el sector privado), Financiación del Estado (base propuesta ANDI), Mecanismos para problemas estructurales (Regionales con gremios, congresistas, academia / jóvenes, cajas de compensación e iglesias) y Austeridad en el gasto que no esté alineado con las prioridades. 2. Gobierno incluyente (partidos y propuestas), 3. Sentido de urgencia en la vacunación y cultura del Cuidado.
Sobre el empleo es importante decir que la preferencia de los jóvenes y la vocación misma de los colombianos es tener su propio negocio o empresa y que tanto las instituciones de educación superior (técnico, tecnológico y universitario), tienen programas de emprendimiento pero desde las empresas y cámaras de comercio y gremios se debe generar la posibilidad de crédito de fomento o mejor aún de invertir en los negocios de los jóvenes y emprendedores que presenten las instituciones que hacen las tutorías, seguro más de una empresa, personas conocedoras y con recursos o incluso universidades tendrían la posibilidad de invertir como socios generando muchas posibilidades para nuevas empresas e iniciativas de generación de riqueza incluyente.
*Fuente LR Radio
** Fuente Banco Mundial
* Fuente Mobimetrics LR Radio
** CNC Centro Nacional de Consultoría
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