MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
El esquema de inflación objetivo fue un desarrollo novedoso que mostró cómo bajar la inflación estableciendo un nivel claro de meta y unas reglas específicas a seguir para llegar a ese objetivo. En cierta forma, es parecido a un deporte como el fútbol: el objetivo es hacer goles (cumplir la meta) bajo ciertas reglas. Con la adopción de este esquema, la mayoría de los países desarrollados fijaron su meta de inflación en 2%, mientras que los emergentes, en 3% (excepto Perú, que optó por 2%). En este contexto, la fijación de niveles de inflación de largo plazo o de metas de inflación es comparable a determinar el tamaño del arco.
Después del último ciclo inflacionario que inició después de la pandemia, las inflaciones hoy en día están muy por encima de sus metas. En EE.UU., por ahora de forma tímida, se ha propuesto subir su nivel de inflación de largo plazo a 3%, y en Colombia, se ha sugerido que un incremento en la meta de inflación podría flexibilizar la política monetaria, vista como contraccionista por el gobierno debido a las altas tasas de interés.
Si EE.UU. decidiera subir su nivel de largo plazo a 3% y Colombia incrementara su meta de inflación de 3% a 4%, el primero estaría ya en su nivel de largo plazo, y Colombia estaría más cerca de entrar en el rango “aceptable” de inflaciones que estaría, bajo esa nueva meta de inflación, entre 3% y 5%. En ambos casos, este resultado permitiría la adopción de políticas monetarias más laxas y, por ende, reducciones en las tasas de interés de política ¿Por qué no hacerlo?
Volviendo a nuestro símil con el fútbol, hacer el arco más grande podría permitir más goles, pero cuando propuestas en este sentido se han presentado, los organismos que regulan el fútbol no han considerado la misma como una buena alternativa ya que desnaturaliza la historia del fútbol. En otras palabras, estos organismos sienten que dicho cambio redundaría en una pérdida de tradición, lo que afectaría la credibilidad del juego.
En este punto hay una importante coincidencia: una de las mayores ganancias en términos de instituciones económicas es la credibilidad de los bancos centrales, especialmente en Colombia, donde el Banrep es muy apreciado de acuerdo con todas las encuestas de percepción. Cambiar la meta de inflación podría dañar esta credibilidad, abriendo la puerta a que dichos cambios se vuelvan más comunes y repetitivos, generando un sesgo inflacionario que echaría por tierra los logros obtenidos desde 1991, cuando la Constitución estableció la independencia del Banco de la República. No se puede olvidar que en un país en donde 60% de la población vive con menos de un salario mínimo al mes, no controlar la inflación implica menos comida en la mesa para la población más vulnerable y, por ende, tenerla bajo control no es un capricho, sino que tiene implicaciones para los colombianos de a pie.
En este contexto, el papel de los expertos adquiere mayor relevancia. Contar con asesoría profesional facilita los procesos legales, fiscales y cambiarios que, aunque están diseñados para ser claros, pueden resultar complejos para quien llega por primera vez
El comercio no es una guerra silenciosa entre compradores y vendedores. Es un intercambio voluntario en el que ambas partes ganan, siempre