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El Congreso de la República decidió sobre uno de los asuntos más trascendentales, pero, en general, más descuidados por los colombianos: el Presupuesto Nacional. Una vez analizado los gastos y las obligaciones que la Nación puede asumir durante el próximo año, ahora se pone a su consideración una nueva reforma tributaria o ley de financiamiento que se presenta como un rubro independiente y determinante dentro de las rentas del proyecto presupuestal.
En uno y otro caso; tanto en los gastos como los tributos puestos a su consideración el Congreso debe tener en cuenta a los destinatarios, a los ciudadanos.
El principio de legalidad del gasto público, como el de los tributos, consagrados expresamente en nuestra Constitución, son desarrollo de la representación ciudadana y la participación política. Desde sus orígenes en las cortes de León o en la carta magna inglesa, hasta hoy, lo que pretende es que se le pregunte a quien se pretende gravar si está dispuesto a pagar los impuestos que se proponen y si está de acuerdo con los gastos que se anuncian. Son garantías de los ciudadanos, que pretenden protegerlos de los abusos de las autoridades.
Al igual que ocurre con una propiedad horizontal o un condominio; el administrador propone los gastos para el año, como la seguridad, los jardines, etc. Así mismo, los copropietarios se reúnen y aprobarán estos gastos, como también votarán las cuotas de sostenimiento. En la medida en que se les convoque, se les convenza de la conveniencia de ello, la mayoría estará de acuerdo con el aumento. Esto generará mayor cumplimiento voluntario, incluso entre quienes estuvieron en desacuerdo, porque conocieron la propuesta e hicieron parte de la discusión.
Pero supongamos que los copropietarios decidieran que las cuotas de sostenimiento solo las debe pagar el dueño del penthouse, sin consultarle la decisión o a pesar de que manifestó su desacuerdo ¿Qué haría usted si fuera el dueño de este penthouse?
Igual ocurre con los impuestos en discusión. E igual será la consecuencia si se abusa del contribuyente y se le carga con más tributos de los que está dispuesto a soportar.
En este aspecto, particularmente, los congresistas dependen de sus electores, de aquellos a quienes representan. En este momento coyuntural es importante que los consulten y verifiquen si están dispuestos a asumir más tributos para cubrir los gastos que se están planteando. Con esa certeza van tomar la mejor decisión.
Es un deber para las autoridades municipales, departamentales y nacionales, prestar especial atención a estos dos municipios, pues vamos a lamentar como sociedad lo que allí ocurre y tenemos la solución en nuestras manos
Esta caravana, que esperamos se convierta en una tradición para las navidades futuras, es la primera que desarrollamos en 137 años de historia y está inspirada en el lugar que nos provee el 70% del agua que consumimos en Bogotá, nuestro páramo de Chingaza