.
Analistas 12/10/2022

Una política monetaria responsable

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

El punto es claro: si no fuera por las subidas de las tasas de interés, que tanto revuelo han generado en Twitter y en medios de comunicación estos días, se podría desencadenar una serie de eventos que terminarían posiblemente causando una recesión. Así de delicado e importante es el tema.

Por eso la decisión que tomó el Banco de la República hace unos días de subir las tasas de interés 100 puntos básicos fue, sin duda alguna, acertada. Cabe resaltar que según las minutas de la reunión de la junta directiva del Banco todos los miembros estuvieron de acuerdo con hacerlo, incluido el Ministro de Hacienda.
Eso no es extraño, pues el país está atravesando un momento delicado: la demanda interna en Colombia está creciendo a tasas muy altas, financiada principalmente con el endeudamiento de los hogares, tanto formal como informal. Esa situación es insostenible hacia futuro, en primer lugar, porque ese crecimiento de la demanda interna está creando presiones inflacionarias importantes en el país. Sin desconocer el papel que juegan los factores internacionales, es un hecho que, si la demanda interna no se contiene, la inflación seguirá aumentado en niveles inconvenientes.

Por ahora, la tendencia al alza continúa y la inflación anual no baja de dos dígitos. Para septiembre fue de 11,4%, cifras que no se veían desde 1999. ¿Y quiénes son los más afectados con esta situación? Las poblaciones de menores ingresos. Si miramos las cifras por nivel de ingreso, para los hogares más pobres y vulnerables la inflación es de 13,4%, mientras que para los hogares de ingresos altos, representa el 9,8%. Es claro entonces que la inflación es un fenómeno que impulsa decididamente la inequidad.

Por otro lado, la creciente demanda interna también nos plantea un escenario insostenible porque, de no contenerse, tendremos problemas de financiamiento externo. Colombia es un país predominantemente importador, depende de muchas materias primas de afuera para producir. Es decir que la escalda de la demanda puede profundizar en esa situación y llevar al país a un desbalance comercial más pronunciado, en últimas, a comprar más afuera de lo que vendemos.

Todo lo anterior, lleva a la imperiosa necesidad de subir las tasas de interés para contener la demanda. En suma, si no fuera por el incremento de las tasas de interés, la demanda seguiría aumentando a ritmos acelerados y, por lo tanto, la inflación se dispararía aún más y el déficit externo crecería considerablemente. Por ese camino, iríamos derecho hacia una recesión.

En Anif apoyamos la decisión del Banco de la República y creemos que está actuando de manera responsable ante una coyuntura muy complicada, tanto nacional como internacional, en materia de tasas de interés, actividad económica y comercio internacional. Su institucionalidad e independencia son claves para la estabilidad económica del país.

Incluso, para los próximos meses no se descartan nuevos incrementos en la tasa, pues la inflación acumulada de 2022 ya es de 10,1%, seis puntos porcentuales por encima del rango meta del emisor (entre 2% y 4%).

A propósito de este tema, termino por decir que la discusión que ya se empezó a cocinar sobre el incremento del salario mínimo va a ser crucial. Una subida por encima de la inflación más la productividad, ni hablar de una cifra alrededor del 20%, traería más inflación (que como vimos afecta a la población más pobre), dispararía el empleo informal en el país y traería altos costos fiscales. La discusión aquí debe ser profunda.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA