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Analistas 01/08/2023

Evaluación global (I)

Luis Fernando Vargas-Alzate
Profesor titular de la Universidad Eafit
LUIS-FERNANDO-VARGAS

A escasos seis días de cumplirse el primer año de la administración liderada por Gustavo Petro en Colombia, empiezan a plantearse evaluaciones al respecto de su gestión y, como es apenas normal, su desempeño será medido -entre otras cosas-, por los resultados alcanzados en las diversas áreas analizadas. Al revisar el ámbito internacional, tanto en perspectiva regional como global, algunos aspectos ameritan ser incluidos en esta evaluación.

Los primeros 12 meses de gestión del Gobierno Nacional cuentan con algunos logros susceptibles de resaltarse. Sin embargo, al tiempo que esos logros se resaltan, existen variados desaciertos en lo que ha sido el manejo, tanto del Presidente como de sus funcionarios adscritos a la cartera que tiene que ver con el manejo político de los asuntos internacionales en el país. Dicho énfasis es importante, en tanto la Cancillería poco tiene que ver con lo técnico de la política exterior y las relaciones internacionales del país, mientras todo lo político es de su resorte institucional.

En primer lugar, y es algo que debe remarcarse rigurosamente, está el acercamiento con Venezuela. Esa era una deuda que se tenía con la sociedad colombiana que se recuesta hacia el extremo oriental del país. Aunque las maneras y los actores resultan cuestionables, lo que no se puede cuestionar es el resultado. Hoy, es constatable el buen resultado del diálogo bilateral, tanto en materia social como económica. Falta mucho por recomponer, pero este primer año deja un buen resultado en la materia.

En segundo término, el actual Gobierno ha logrado que a Colombia se le perciba de mejor manera en el escenario regional latinoamericano. A pesar de su falta de tacto diplomático y marcada imprudencia, no se puede desconocer que las participaciones de Petro en el marco del multilateralismo han puesto a Colombia nuevamente en una posición relevante frente a los temas vinculados con la integración regional. Eso es muy positivo en tanto se debe vincular con el mandato constitucional de darle prioridad a ello por sobre asuntos como el diálogo con Estados Unidos u otras alejadas áreas geográficas.

En la misma dirección, otro aspecto que se debe resaltar sobre la participación política del Gobierno en los escenarios multilaterales es la contundencia con la que el Presidente se ha expresado en relación con dos temas fundamentales, el narcotráfico (o la “guerra contra las drogas”) y el Cambio Climático (o la necesidad de avanzar en la transición energética a una mayor velocidad). Sin embargo, ambos asuntos están aún más adscritos a la retórica que a la acción.

Por ejemplo, lo relativo con la posibilidad de avanzar en el canje de deuda (externa) para las naciones en desarrollo, frente a las acciones que permitan contrarrestar los efectos del cambio climático sigue aún en ciernes. No hay decisiones, incluso a pesar del buen ambiente evidenciado en la Summit for a New Global Financing Pact de París algunas semanas atrás, donde Colombia fue protagonista.

Y para finalizar esta primera parte de la columna, es menester señalar lo positivo que le dejó a Colombia el reciente fallo de la CIJ (13 de julio), relativo con el litigio entre el país y Nicaragua. A pesar de los resultados de un fallo negativo anterior (2012) en esta ocasión el Estado colombiano resultó favorecido por el tribunal internacional (continúa…).

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