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Como es costumbre por esta época en que se lleva a cabo la Feria del Libro en Bogotá, el tema del libro se pone en boca de todos. De lectores y no lectores por igual. Aunque la Feria siempre es un éxito, para nadie es un secreto que además de quienes van a las conferencias y a buscar novedades, también están quienes van en plan de paseo familiar para comer helado y regresar a casa felices llenos de bolsitas con folletos, volantes y revistas de 2001 que regalan.
Aquí va una serie de apuntes frente al tema, que resalto en mi libro “De Amenaza a Oportunidad: Lecciones de 8 industrias que se reinventaron en la era digital”:
1. No sobreestimemos el libro: ¡Por supuesto que leer es cultura y es un placer! Pero no siempre lo noble está escrito y la basura está en televisión. No es el formato sino el contenido el que ilumina, forma y te nutre la cabeza de ideas e interrogantes. Así como hay televisión basura, también hay libros con contenido pobre. Frente a una pieza audiovisual útil y un libro con palabras inútiles, ya sabemos cuál es más valioso.
2. Internet no mató al libro: Ni el video mató a la radio. Hoy se publican más títulos que nunca, solo que menos ejemplares. Según la Cámara Colombiana del Libro, en 2008 se publicaron 12.566 títulos y 17.939 en 2016, mientras el número de ejemplares bajó de 32,6 millones a 27,2 millones en el mismo período. Lo interesante es que desde 2015 empezó a aumentar de nuevo el tiraje y solo en 2016, aumentó 12%.
3. Más religión que ciencia: Se estima que los libros religiosos y espirituales, tienen 11% de participación en el total de ejemplares producidos en Colombia, mientras los científicos aportan 6%.
Sin embargo los científicos fueron la unidad temática de mayor crecimiento entre 2015 y 2016: 64% seguida de los religiosos con 43%.
Casi tres millones de ejemplares de libros religiosos en 2016 frente a 1,6 millones de científicos.
4. Le ganó a las revistas: El libro ha sobrevivido a la era digital mucho mejor que los periódicos y las revistas. El romanticismo por la textura, el olor del papel y el placer de comprarlo, tenerlo en la mesa de noche o en la biblioteca, no es fácilmente sustituible por la biblioteca digital. Incluso es bien sabido de quienes compran lotes de libros de cualquier tema, solo por llenar una biblioteca a manera decorativa o por presumir de intelectuales. Eso no ocurre con los periódicos y las revistas que pierden vigencia rápidamente. Leer da estatus social, o por lo menos aparentar que se lee, y para presumir es mejor mostrar el libro impreso en la calle o en las fotos de Instagram.
5. Menos face y más book: La mejor manera para luchar contra la pérdida de tiempo en Facebook y la ansiedad de tener el celular en la mano todo el tiempo, es comprar libros digitales y tenerlos siempre en el teléfono. Así cada vez que tenga el equipo en la mano, se dejará seducir por las letras del libro de turno y no del chisme venenoso de la red social.
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