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Analistas 04/06/2021

La primera línea

Luego de escuchar el pliego de peticiones de la primera línea (forma de referirse a quienes existen para defender a los manifestantes), en especial a los que se agrupan en ‘Puerto Resistencia’, quedan sobre la mesa, no solo una serie de propuestas, sino un escenario totalmente retador en términos de ejecución de políticas que logren dar cuenta de tan nutrido pliego de peticiones.

Los jóvenes plantean la necesidad de derogar la Ley 100, una reforma laboral y pensional, la reducción del tamaño del Estado, así como una disminución del salario del presidente, congresistas, gobernantes locales, diputados y gabinetes nacional, departamental y municipal. Además, una reducción de impuestos para las pequeñas y medianas empresas y el impulso al capital semilla para el emprendimiento, entre otras peticiones.

Más allá del cómo llegar a acuerdos, es fundamental comprender cuáles son los temas que no se resolvieron en el pasado y que hoy tiene sumido al país en protestas y divisiones que no suman, pero que sí restan.

Lo primero que tenemos que reconocer es que en la marcha no solo están los jóvenes, aunque son las caras más visibles. Adicional a ellos, existe un grupo significativo de población mayor de 28 años. Según encuestas recientes de la Universidad de Antioquia, cerca de 60% de la población entre 54 y 77 años está de acuerdo con el paro, situación similar a lo que sucede con los estratos 1,2 y 3, en los que más de 70% de la población respalda las marchas. Contrario a esta situación, más de 50% de la población de los estratos 5 y 6 no respalda los paros. Cifras que no sorprenden, pero que sí evidencian que el país no ha logrado resolver los problemas estructurales.

Por lo anterior, entre muchos análisis que puedan realizarse, uno de ellos definitivamente pasa por un instrumento fundamental de la planeación económica y social, como lo es la estructura de la población por edades. Luego del censo nacional de población y vivienda de 2005, Colombia tenía, en 2006, 13 millones de personas entre 20 y 39 años. Hoy, 15 años después, en ese mismo rango poblacional son cerca 16 millones.

Si consideramos que en 2006 la población entre 0 y 19 años superaba los 16 millones, era relativamente fácil predecir que, para 2021, se tendrían cerca de tres millones de personas más de 20 a 39 años.

Pese a que desde ese año se conocían estos datos, la coyuntura reciente ha evidenciado que las políticas implementadas no han sido lo suficientemente efectivas para absorber el crecimiento poblacional, situación que se ha convertido en un aliciente adicional para tildar al Estado de deudas históricas.
Teniendo en cuenta lo anterior, es fundamental que Colombia entienda que resolver el presente significa resolver el futuro, y que en la primera línea debe estar la generación de oportunidades de empleo formal y emprendimiento, la educación con pertinencia y de una vez por todas debatir la reforma a las pensiones.

Hoy sabemos que tenemos cerca de siete millones de personas mayores de 60 años, para 2035 serán 11 millones, es decir, cerca de cuatro millones más en ese mismo rango de edad. Entendido esto, Colombia desaprovechó el bono demográfico (país donde su población en edad de trabajar es superior a la población que no está en edad de hacerlo) para resolver la bomba de tiempo pensional. Esta realidad es ocasionada en especial por una estructura del mercado laboral y empresarial mayoritariamente informal.

Finalmente, es hora de que Colombia atienda las necesidades sentidas de la población, impulse la actividad económica, la formalización laboral y empresarial, pues de no hacerlo desde ya auguro que crecerá de manera significativa la primera línea para el 2035.

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