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Analistas 04/09/2020

El buen Gobierno Corporativo en épocas de crisis

Juan Pablo Liévano Vegalara
Exsuperintendente de Sociedades

La generación de valor, riqueza y empleo en las empresas, a través de crecimiento y acumulación de capital y la eficiencia técnica, comercial y administrativa, reposan en la sencilla idea de un buen Gobierno Corporativo. El concepto es fácil de entender. Lo difícil, como todo en la vida, no es entender, sino ponerlo en práctica. La arrogancia, los intereses personales, el amiguismo y las intestinas luchas entre socios terminan en conductas ilegales, fraude a la ley o abuso del derecho, lo cual acaba con la armonía necesaria para garantizar el buen desarrollo de los negocios.

En Colombia, el Código de Comercio establece las normas duras (“Hard Law”) que las sociedades deben cumplir para el funcionamiento de los órganos de gobierno, la conducta de los administradores, la revisoría fiscal, el tratamiento a los asociados y acreedores, las revelaciones y transparencia, entre otras, todas necesarias para el buen gobierno del ente social. Adicionalmente, existen normas blandas (“Soft Law”) a nivel nacional e internacional que se recomiendan sean adoptadas por las sociedades. En síntesis, el buen Gobierno Corporativo no es más que cumplir con esta receta de conductas, obligatorias y opcionales, destinadas a que la toma de decisiones se realice de manera adecuada y en el mejor interés de la sociedad.

Es aplicable a todas las sociedades, sin importar su tamaño o sector, o si son públicas o privadas, y su adopción y alcance dependerá de su obligatoriedad y las necesidades de cada sociedad. Se trata de conceptos del ámbito comercial que han evolucionado con el tiempo, los cuales generan valor para todos los grupos de interés.

De hecho, la Ocde, en su documento Principios de Gobierno Corporativo de la Ocde y del G20, hace un compendio y descripción muy certera de lo que son y comprenden los principios de Gobierno Corporativo, los cuales, al final del día pretenden “facilitar la creación de un ambiente de confianza, transparencia y rendición de cuentas necesario para favorecer las inversiones a largo plazo, la estabilidad financiera y la integridad en los negocios”. Así, exigir un buen Gobierno Corporativo a las empresas no es un capricho.

El cumplimiento de la ley y las mejores prácticas contribuyen a una mejor rentabilidad, a la acumulación de capital, al crecimiento de los negocios en el largo plazo y a la reducción de los costos de capital. No en vano, las empresas con un buen Gobierno Corporativo tienden, en general, a ser más rentables y más competitivas, productivas y perdurables.

El buen Gobierno Corporativo es de especial importancia en las épocas de crisis. El hecho de que el barco tenga una fisura en el casco, es decir, que la empresa esté en insolvencia, no significa que la administración y los accionistas pretermitan el cumplimiento normativo y las prácticas de buen Gobierno Corporativo. Por el contrario, es el momento de tomar buenas decisiones estratégicas, de generar confianza a los acreedores, con la transparencia y las revelaciones requeridas, y de tener un muy buen entendimiento entre los socios.

Por eso, invitamos a todas las sociedades del país a que, con mayor razón y vehemencia, en esta crisis, cumplan con la ley societaria y contable y tengan buenas prácticas de Gobierno Corporativo, para así tener más empresa, más empleo.

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