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Analistas 27/10/2023

Ruta férrea

José Joaquín Ortiz García
Presidente de Joyco

La visita del presidente Gustavo Petro a China es muy relevante para la infraestructura en Colombia, pues pone sobre la mesa la posibilidad de desarrollar la red férrea del país, con participación importante del gigante asiático. Frente a esta perspectiva, las empresas locales pueden fortalecerse y crecer, sin temer a los retos que presenta nuestro país por su geografía.

La República Popular China (RPC) lanzó en 2013 la iniciativa de ‘la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI’, conocida comúnmente como ‘La Iniciativa de la Franja y la Ruta’ (BRI por sus iniciales in inglés), que se constituye como pieza central de la política exterior del gobierno de Xi Jinping al ser una estrategia de desarrollo de infraestructura global y cooperación internacional. Su carácter estratégico y de largo aliento se reafirma al conocer su fecha prevista de finalización en 2049, la cual coincide con el centenario de la fundación de la RPC.

La tercera edición del Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, tuvo lugar recientemente en Beijing y congregó a políticos, figuras destacadas y expertos de naciones asociadas.

En esta ocasión se destacó la fuerte participación de América Latina y el Caribe. Esta región ha demostrado un compromiso activo con BRI, ya que de los 33 países que la conforman, 22 han formalizado su adhesión a través de documentos oficiales.

Además, América Latina ha experimentado un crecimiento en sus lazos comerciales con China. El país asiático se ha consolidado como su segundo socio comercial y la tercera fuente de inversión en la región en los últimos años, según lo informado por el Portal de la Franja y la Ruta.

Parece inevitable entonces que Colombia se sume a los países firmantes del BRI, lo que traerá consigo una dinámica de exportaciones que favorezca la balanza comercial, pero también grandes apuestas en infraestructura en el país. Argentina, Ecuador y Perú han firmado el acuerdo y, como resultado, han recibido una gran cantidad de inversiones en puertos, represas, carreteras, telecomunicaciones e infraestructura energética.

En Colombia, grandes proyectos de infraestructura, que incluyen la primera línea del Metro de Bogotá, el Regiotram de Occidente y la finalización de las obras del proyecto Hidroituango, han sido adjudicados a empresas chinas. Seguramente el presidente Petro llegará de su viaje con anuncios de nuevos proyectos de infraestructura y formas de financiación que permitan desarrollar las conexiones férreas necesarias en el país.

La construcción de infraestructura férrea en Colombia enfrenta desafíos técnicos conocidos, como la geografía, topografía y geología diversa, el clima variado, la sismicidad, el acceso a zonas remotas, y los conflictos sociales y ambientales generados por la resistencia de comunidades locales y grupos ambientalistas. Para afrontarlos y superarlos, resultaría conveniente que las firmas de construcción chinas se apoyen en las firmas de consultoría y construcción locales, con un espíritu de colaboración y de intercambio de mejores prácticas en diseño, construcción y operación.

Adicionalmente, se requiere de preparación por parte de las entidades, de las instituciones con papel de supervisión y control, y el mercado de la consultoría y la ingeniería en general para conocer y comprender a China y su forma de hacer negocios. Esta preparación favorecerá la mitigación de los riesgos asociados con el avance estratégico de BRI, que puede llegar a verse como de beneficio unilateral en el largo plazo.

Otro elemento de riesgo que se hace evidente es que las decisiones de inversión en infraestructura sean producto de deseos políticos, y no se basen en análisis técnicos y de conveniencia para la mayoría de la población. Esto afectaría en general la inversión extranjera cuando se evidencie que las decisiones de inversión en infraestructura obedecen a sesgos políticos.

Una buena metáfora que me enseñó Jaime Eduardo Santos, experto en riesgos, es que “China juega GO”, un pasatiempo de estrategia abstracta que se juega en un tablero cuadriculado con piedras blancas y negras; el objetivo es controlar la mayor cantidad del territorio posible mientras se capturan las piedras del oponente. Al ver los proyectos de infraestructura en los que China participa en el mundo, es claro que saben cómo jugar. Los países receptores debemos prepararnos para que la colaboración sea beneficiosa, sin perder soberanía.

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