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Algunos candidatos a la Alcaldía de Bogotá en las últimas jornadas han comenzado a moverse para eventuales alianzas futuras. Las encuestas publicadas y sondeos de opinión de las diferentes firmas muestran una tendencia similar entre los que posiblemente van a llegar a la segunda vuelta. Recordemos que en esta elección 2023 tendremos por primera vez este mecanismo de dos votaciones para la capital si es que nadie obtiene más de 50% de los votos en primera vuelta.
En su momento la reforma política que se aprobó buscaba que el mandatario de los bogotanos no fuera alguien que llegara con porcentajes de votación no mayoritarios. Recordemos que los alcaldes Luis Eduardo Garzón en 2003 y Samuel Moreno en 2007 obtuvieron 46,7% y 43,7% de los votos respectivamente. Los alcaldes Gustavo Petro y Enrique Peñalosa llegaron en 2011 y 2015 con 31,5% y 32,2% respectivamente. La mandataria actual de la capital, Claudia López, fue la primera en obtener más de 1 millón de votos. Su porcentaje de victoria fue de 34,4%. Estas cifras solamente son calculadas sobre los votantes totales, si se hace sobre los potenciales votantes entonces los números disminuyen dramáticamente. En el caso de López ganó con 18% de los votos sobre la población habilitada incluyendo a quienes se abstuvieron de hacerlo.
El fenómeno de buscar aliados antes de llegar a la primera vuelta ya derivó en un primer choque entre el candidato independiente Oviedo y sus competidores Lara y Molano. Estos dos últimos no aparecen llegando a la segunda vuelta en ninguna de las encuestas hasta ahora publicadas. El senador Miguel Uribe del Centro Democrático propuso una alianza entre Diego Molano, Rodrigo Lara y el general en retiro, Jorge Luis Vargas. Oviedo que va mejor en las encuestas rechazó esa eventual alianza, por ahora, mientras no se dan las elecciones de primera vuelta. Los políticos que van perdiendo en encuestas siempre dicen que la verdadera encuesta son las elecciones. Es cierto que hemos visto muchos casos de encuestas que presentan números abiertamente alejados de la realidad de las votaciones. Lo que se observa en esta ocasión es que hay una potencial de votantes grande de izquierda, y hay una cantidad de votantes grande que jamás estarán con la izquierda. La posible alianza entre candidatos de centro, derecha e independientes, buscan sumar la fuerza para retar a la izquierda que tiene los votos como el año pasado, pero con un candidato que genera emociones encontradas.
Los candidatos han entendido que la ciudadanía está desesperada por la seguridad. Los robos, homicidios y otros delitos se convirtieron en paisaje. El aumento de delincuentes extranjeros de bandas internacionales creció desproporcionadamente en los últimos tres años. Cualquier bogotano tiene miedo de salir a la tienda de la esquina. Al revisar las encuestas en detalle se ven diferencias significativas entre distintos rangos de edad, y como siempre pasa, números opuestos en cada localidad. Cada candidato tiene su nicho de opinión, que en el caso de la capital, es una votación fuera de los partidos muy importante. La realidad es que Bogotá sigue dividida no solo en la votación. Hay diferencias, odios, polarización entre unos y otros. Un panorama poco despejado para octubre 29.